Untitled - Fundación de Historia Natural Félix de Azara

604 Entre Pasados y Presentes II
Entendemos esto como un fenómeno que se abrió en el año 2001 y que sigue presente,
fomentando la participación activa en organizaciones sociales –fábricas
recuperadas: MNER (Movimiento Nacional de Empresas Recuperadas), MNFRT
(Movimiento Nacional de Fábricas Recuperadas por sus Trabajadores), movimientos
territoriales, movimientos de desocupados: MOI (Movimiento de Ocupantes
e Inquilinos), MTR (Movimiento Teresa Rodríguez), por ejemplo– de
algunos sectores de la sociedad como los estudiantes universitarios, en el que
también se redefine la noción de “militancia”. La militancia dejó de ser solamente
o fundamentalmente, en partidos políticos para pasar a desarrollarse en
este tipo de organizaciones. También existe un “reconocerse como militante”; o
sea, como parte de la organización y no como meros investigadores que desde
“afuera” aportan a la organización. Aquí retomamos a Fals Borda cuando manifiesta
la relación ente la investigación y el rol del investigador:
“Si se admite que la praxis de validación, como la concebimos aquí, es ante todo política,
la problemática de la investigación‐acción lleva necesariamente a calificar las relaciones
entre los investigadores y las bases populares o los organismos con los cuales se
desarrolla la labor política. Este es un método fundamental del método de investigación,
porque, como queda dicho, el propósito de éste es producir conocimiento que tenga
relevancia para la práctica social y política: no se estudia nada porque sí” (1990:32)
En la relación investigación‐organización se critica el ser meros investigadores
que desde “afuera” aportan para producir fuertes lazos entre la práctica y la
teoría. Creemos que entre ambas –teoría y práctica– no sólo existe una fuerte
relación sino que no pueden estar separadas a la hora de producir conocimiento.
Es en este contexto que debemos entendernos como militantes productores
de sentidos. Por lo tanto, hablamos de compromiso con los sectores
populares y desde ese compromiso, planteamos un distanciamiento de los sectores
del poder. Posicionándonos como investigadores y como militantes con
los sujetos, es que entendemos a la antropología como práctica política en la que
el sujeto investigador es parte de y asimismo constructor del objeto de estudio.
Nuestro objetivo en este trabajo es mostrar cómo se pueden conjugar en un
espacio de militancia saberes académicos y saberes populares, a partir de la
intervención concreta en un espacio social, como lo son los bachilleratos populares.
Enmarcamos este artículo dentro de la experiencia que la Cooperativa de
Educadores e Investigadores Populares –CEIP– viene desarrollando desde el
año 2003. La CEIP es una organización social que trabaja con organizaciones
sociales, entre ellas empresas recuperadas y organizaciones territoriales del
conurbano bonaerense y de Capital Federal 2 . Tiene como propósito impulsar la
2. En la actualidad existen bachilleratos de jóvenes y adultos de educación popular en las empresas recuperadas
Impa (para el momento de escribir este artículo, la empresa recuperada Impa se encuentra en
venta, lo que no significa abandonar el proyecto que dio origen al bachillerato sino seguir articulando
con otras organizaciones sociales que se encuentren en el barrio), Maderera Córdoba, Cooperativa 19 de
diciembre y Chilavert, además de los bachilleratos impulsados por organizaciones sociales y territoriales.
Hasta el momento, suman 16 aquellas enmarcadas dentro el mismo proyecto político y pedagógico.