Untitled - Fundación de Historia Natural Félix de Azara

632 Entre Pasados y Presentes II
desconocen o no dominan, por docentes que no hablan su lengua y que, además,
no fueron preparados para enseñar español como segunda lengua (L2).
De esta manera, aunque algunos alumnos aborígenes logran terminar el
secundario e incluso llegan al nivel terciario, no pueden escapar a una historia
escolar plagada de sufrimientos, originada en gran parte en la alfabetización
directa en español que los ha llevado a pasar por el sistema educativo escribiendo
sólo por fonética y leyendo sin comprender (Hecht 2003); es decir, sin
encontrar un verdadero sentido a estas prácticas.
Si bien en nuestro país existe legislación que reconoce la pluralidad lingüística
y el derecho de los pueblos originarios a una educación bilingüe e intercultural,
no se ha avanzado demasiado en las acciones concretas necesarias para su
implementación.
En este sentido, desde hace ya varios años, la profesora Acuña y su equipo
proponen que, con un diseño curricular específico y docentes con formación
apropiada, en las escuelas se puede hacer un trabajo simultáneo en las dos lenguas
que implique: por un lado, enseñar los contenidos de lengua correspondientes
a las primeras etapas en la lengua materna y, por otra parte, enseñar
español con metodologías y enfoques propios de segundas lenguas (Acuña et al.
2006) 2 .
Teniendo en cuenta que estas jornadas corresponden a la disciplina antropológica,
queremos ampliar las explicaciones sobre la necesidad del trabajo con el
español en un ámbito en el que tradicionalmente esto podría haberse interpretado
como una intervención denominada tradicionalmente “castellanizante”
que tuviera como meta la sustitución de la lengua aborigen por el español. Por
el contrario, el trabajo que nos encontramos desarrollando se ocupa simultáneamente
de contribuir a la transformación de la lengua aborigen en lengua de instrucción
y de acompañar y facilitar la apropiación del español en todas sus
habilidades. Es decir, que el estudiante sea un bilingüe competente en ambas
lenguas y, por lo tanto, dueño de ambas lenguas.
En el marco de la legislación para EIB y las titulaciones vigentes, los estudiantes
se preparan para ser docentes bilingües, es decir, capaces de manejarse
durante sus estudios terciarios y en el ámbito escolar tanto en una lengua indígena
como en español. La meta del bilingüismo, entonces, está contemplada en
la legislación, aunque no hay programas que garanticen este resultado al término
de los estudios terciarios de estos estudiantes. Es decir, los programas, por
ejemplo, del área de lengua contemplan cuestiones vinculadas con la terminología
y el metalenguaje que se enseñará en la escuela, pero no la capacitación para
los estudiantes en la comprensión de textos de nivel académico en español y en
la producción de tipos textuales académicos en esa misma lengua. Lo mismo
ocurre con las materias cuyos contenidos se refieren a la metodología educativa,
al campo del conocimiento científico, y, muchas veces, también a la historia,
sociología y antropología.
2. Para ampliar, ver Acuña 2003.