Untitled - Fundación de Historia Natural Félix de Azara

Doncellas en el sótano… | Violeta Killian Galván y Paula Miranda 251
En la segunda etapa del análisis, si bien para el denominado Hallazgo 2 no
disponemos de un rótulo donde se lea una leyenda específica, efectivamente
contamos con evidencias a favor de la presencia del individuo, correspondiente
a esta exhumación dentro de nuestra muestra. Esta relación pudo establecerse
debido a que se consta de restos momificados de mano y pie que concuerdan
con el registro fotográfico y con lo que destaca en su informe Alfaro (Alfaro de
Lanzone 1988:79, 80a). Este hallazgo consta además de un cráneo (Figura 2) que
se ajusta a la perfección con el descrito por la Lic. Patti de Martínez Soler para
este individuo (Alfaro de Lanzone 1988:79), pero no se ubicaron el omóplato
articulado al húmero y hay restos presentes que no figuran en su inventario.
Por ejemplo, el pulgar de la mano unido aún con tendones, dientes, costillas y
un manubrio.
En el caso del Hallazgo 3, a diferencia del caso anterior, no sólo contamos
efectivamente con rótulos donde se leen dichas denominaciones, sino que
muchos de los huesos tienen adheridas con cinta adhesiva etiquetas de distintos
tamaños y colores. En ellas se designa el nombre del hueso –p.e. “rótula”– o su
lateralidad –p.e. ejemplo “izq.”–. Estos identificatorios provisoriamente adheridos
a los huesos, permitieron llegar a individualizaciones tomando tanto las
formas de las etiquetas (rectangulares, redondas) como su color (amarillo,
celeste) y hacer separaciones según esos criterios (Figura 3). A este escenario se
suma el rótulo en tinta sobre las mandíbulas de los respectivos individuos
(Figura 4). Dos de ellos alojados en el Museo del Hombre del INAPL. Vale decir
que en uno de los conjuntos se encontraron fémures, radios y húmeros que no
correspondían con estas características.
En lo que respecta al Yacimiento, sólo contamos con una de las urnas nombradas
en la bibliografía, la cual contiene un párvulo y lleva la denominación
“urna 383”. Este número aún no pudo ser ubicado dentro del informe de
Alfaro, dado que la investigadora no incluyó ningún tipo de identificación
numérica en su bibliografía. Por otro lado, si bien consta de un rótulo perteneciente
al yacimiento (Recinto 1, 2, 3, 4 Sector 3, 1, 1, 2, 4, 5) carece de mayores
especificidades.
En lo que respecta a los hallazgos por sectores y recintos debemos concluir que
aún es difícil especificar los conjunto con rótulos asignados y el informe bibliográfico
dadas las incongruencias de cada conjunto con respecto a las expectativas
generadas tras la lectura de los informes de excavación. A nivel general, si
bien los elementos encontrados en el sótano del INAPL se alejan del número
vaticinado por la lectura de los informes de Alfaro, nos permitieron acercarnos
a una reconstrucción de los individuos exhumados.
Por último, en lo que refiere a Cueva del Felino, no hemos encontrado elementos
que nos permitan pensar en el hallazgo de la joven allí desenterrada.
Cabe aclarar que se encuentran rótulos donde se lee Pulaira y Quebrada Ancha
Cueva A junto al registro óseo. Con ello nos preguntamos si el material que nos
ha llegado excede los informes sobre las excavaciones que se sintetizaron en la
bibliografía o si hubo una mezcla entre los conjuntos con estos rótulos.