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Estrategias de re‐producción de armenidad… | Lucila Tossounian 595
siones en torno a que esa alumna no retornara al curso de lengua. Una de las
compañeras exclamó: “Toda mi familia, que somos ocho hermanas, se casaron
con armenios. Todos, todos armenios”.
Otro caso ilustra la idea de contaminación y de pérdida de identidad a los
ojos de algunos miembros de la comunidad. Un almuerzo en la casa de una de
las alumnas del curso, una mujer de unos 65 años, precisó la paradoja: se sirvieron
comidas orientales, se escuchó música armenia, se practicó la lectura de la
borra del café. Uno de los hombres presentes estaba realmente sorprendido por
el hecho de que la persona que ofrecía el almuerzo se había casado con un deghatsí,
con un castí, y que más allá de este hecho hubiese conservado las tradiciones
“genuinamente”. Estos términos fueron aclarados después de ese almuerzo
durante una de las clases del curso de lengua armenia. Para definir estos conceptos
se recurre precisamente a la descripción de un matrimonio mixto: castí
proviene de “castellano”; deghatsí 9 sería “del lugar, lugareño”, que en el contexto
comunitario diaspórico adquiere el plus de significar “no armenio” 10 . En
palabras de un miembro de la comunidad,
“Castí es sinónimo de los que no son armenios. Es igual que deghatsí, que son del
lugar (…) el opuesto de deghatsí es andeghatsí, por ejemplo, es el lugar en el que te
sentís incómoda. El sentirse que no es de ahí. O también puede ser odar, que es
extranjero o desconocido. El opuesto de castí es hai. Se usa cuando un noviazgo o
matrimonio es mixto, se dice: se casó con un/a castí, es como el goi de los hebreos: lo
que no es hebreo es goi. Es una forma excluyente. Quedaste afuera (…)” (Docente
del curso de lengua. Notas de campo)
La transmisión de prácticas y de saberes a través de la herencia biológica –y,
por consiguiente, la naturalización de la identidad– se refiere en ciertas oportunidades
a la presencia de la sustancia armenia llanamente:
“(…) El quedarse en el lugar a los armenios los hizo trascender en la historia. Los
armenios traemos por genes el arte de la negociación. Muchas cosas del pueblo
armenio se transmiten genéticamente. Y ese es el verdadero secreto de los armenios
hasta en la actualidad. También fueron incorporados miedos o temores por haber
sufrido el genocidio, como el miedo a los de afuera. Por ejemplo, en los bailes armenios,
si ustedes se fijaron siempre terminan en círculo (…)” (Docente del curso
de historia)
Es decir, los genes‐qua‐sustancia no sólo transmiten la pertenencia sino que
también se incluye en esa sustancia la transmisión de valores, de comportamientos,
de actitudes, etc. Esta operación desliza la identidad hacia su esencialización
y racialización, fijándola en una temporalidad duradera y continua,
ahistórica y “por fuera de la voluntad del sujeto”. Así lo testimonia la forma en
9. El sufijo “tsí” indica la proveniencia geográfica, y “degh” significa lugar.
10.A modo de ejemplo, en una oportunidad una docente de una de las escuelas de la comunidad indicó
como deghatsí a los alumnos no‐armenios que asisten a esas escuelas.