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Análisis funcional preliminar de cerámica de superficie… | Irene J. Lantos 263
En cuanto a las técnicas decorativas, se consideraron a las mismas como un
proceso de agregado o extracción de material que conforman un diseño sobre la
pieza (Rice 1987). Ejemplos del primero son apliques o pintura, y del segundo el
inciso.
Rice (1987) incluye tanto a los engobes como a las pinturas dentro de la categoría
de adición de color, bajo las técnicas de realce de las superficies. López
(2000/2002) también clasifica a las pinturas y los engobes como tratamientos de
superficie. En este trabajo, sin embargo, se separan ambos ya que se distingue
que el tratamiento de superficie y la decoración, aunque íntimamente relacionados
en el producto final, son pasos diferentes y sucesivos del proceso de manufactura
de una pieza.
En una primera instancia, se analizaron las tendencias desprendidas de las
distribuciones de frecuencias observadas para cada una de las variables y atributos,
de manera independiente. En segundo lugar, se realizaron diversos cruces
entre algunos atributos y variables, con el fin de observar la relación entre
ciertos caracteres funcionales.
En consecuencia, se empleó en primer lugar la correspondencia entre el tratamiento
de la superficie externa y la superficie interna como criterio para agrupar
los fragmentos. Se conformaron de este modo dieciséis grupos de acuerdo a
todas las combinaciones posibles entre tipos de tratamiento identificados para
ambas superficies. Los tipos identificados fueron: alisado, engobe, engobe desleído
y engobe pulido. Se utilizó este criterio de agrupación porque el tratamiento
de superficie posee dos cualidades importantes. En primer lugar, es
ubicuo a través de toda la muestra. En este caso de estudio, el tratamiento pudo
ser determinado en un 84% de los casos para ambas superficies. En segundo
lugar, este atributo está estrechamente relacionado con la función de la pieza, ya
que el tipo de tratamiento afecta las propiedades de la vasija, como por ejemplo
la relativa porosidad y/ o permeabilidad de la superficie, así como sus propiedades
térmicas (Shepard 1956).
Luego, fue observada la relación entre los dieciséis grupos de tratamiento de
superficie y el espesor de los fragmentos. Se agruparon los espesores en tres clases
mutuamente excluyentes: 3 a 6 mm, 7 a 10 mm y 11 a 14 mm. Debe aclararse
que esto fue realizado con un criterio arbitrario y posteriormente al registro inicial
de los espesores, con el objetivo de simplificar la lectura de los datos. Finalmente
se observó qué clase predominó en cada grupo de tratamiento de
superficie.
Por último, se relacionaron los tipos de tratamiento de superficie con la decoración.
Esto se hizo primero para cada superficie –externa e interna– independientemente.
Luego se compararon ambas tendencias.
En cuanto a la morfología, se registraron y cuantificaron aquellos tiestos que
tuvieran puntos indicadores de forma: bases, asas, inserciones de asa y bordes.
El objetivo es la posterior reconstrucción de las formas de las vasijas a partir de
diversos métodos (Ericson y de Atley 1976; Hagstrum y Hildebrand 1990; Rice
1987; Senior y Birnie 1995). Otra vía posible es la comparación de los fragmentos
con una colección de referencia (Zagorodny y Balesta 1999), constituida por