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Untitled - Fundación de Historia Natural Félix de Azara

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Una aproximación al estudio <strong>de</strong>l <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> la historia… | María Julia Name 701<br />

1930 y se extien<strong>de</strong> por varias décadas, va modificando su forma <strong>de</strong> abordar las<br />

problemáticas <strong>de</strong>l proceso <strong>de</strong> salud/enfermedad/atención.<br />

En 1949 publica en RUNA un artículo titulado “La doctrina terapéutica <strong>de</strong> la<br />

transferencia y sus remotas raíces”, don<strong>de</strong> <strong>de</strong>scribe un sistema terapéutico<br />

conocido con el nombre <strong>de</strong> “transferencia”, al cual incluye <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> la categoría<br />

“medicina supersticiosa”. Lo analiza como una práctica curiosa <strong>de</strong> varios<br />

pueblos “etnográficos” más que como una forma “alternativa” <strong>de</strong> curar enfermeda<strong>de</strong>s.<br />

Intenta especificar su origen, lo que <strong>de</strong>nomina su “raíz etnográfica”,<br />

recurriendo a ejemplos <strong>de</strong> cura por trasplante mencionados en la Biblia, así<br />

como a ejemplos <strong>de</strong> pueblos que <strong>de</strong>nomina primitivos. Y sostiene que dicha<br />

práctica sigue vigente en todas las provincias <strong>de</strong>l norte argentino: Salta, Catamarca,<br />

Tucumán, Santiago <strong>de</strong>l Estero, Jujuy, Chaco, etc.<br />

En diversas partes <strong>de</strong>l artículo observamos que recurre a autores como Frazer,<br />

<strong>de</strong> quien no sólo obtiene ejemplos etnográficos sino también referencias<br />

sobre las que sustenta sus argumentaciones. Tomemos un ejemplo:<br />

“Fuere cual fuere la naturaleza, el quid etiológico, la posibilidad <strong>de</strong>l injerto, <strong>de</strong>l<br />

transplante a otro ser, animal, planta, etc., supone la noción previa <strong>de</strong> una relación<br />

dialéctica entre el transmisor y el receptor (…) Lo que Frazer ha llamado la ‘confusión<br />

<strong>de</strong>l primitivo’ entre lo físico y lo mental” (Vivante 1949:202‐203)<br />

Entrada la década <strong>de</strong> 1950, el nombre <strong>de</strong> Armando Vivante comienza a resonar<br />

cada vez con más fuerza en los estudios <strong>de</strong> temas relacionados con “lo<br />

médico”. Po<strong>de</strong>mos ver su presencia en una trayectoria continuada, aunque con<br />

ciertos cambios.<br />

En 1952 tenemos “El maleficio por medio <strong>de</strong> imágenes”, publicado en RUNA,<br />

don<strong>de</strong> Vivante analiza los procedimientos para causar “daño” o maleficio a una<br />

persona mediante el uso <strong>de</strong> <strong>de</strong>terminadas imágenes –muñecos, retratos, sombras,<br />

etc.– como vehículos. Para la realización <strong>de</strong> este trabajo no sólo se vale <strong>de</strong><br />

fuentes literarias sino que trabaja con datos <strong>de</strong> primera mano obtenidos<br />

mediante una investigación <strong>de</strong> campo realizada en el Noroeste <strong>de</strong>l país. Lo que<br />

le lleva a afirmar que este tipo <strong>de</strong> prácticas no ha perdido vigencia sino que se<br />

trata <strong>de</strong> algo relativamente frecuente. No obstante, hay que analizar este fenómeno<br />

en tanto una práctica propia <strong>de</strong> la técnica mágica. Y la magia es eficaz –y<br />

esto se encarga <strong>de</strong> resaltarlo muy bien– cuando “la imaginación <strong>de</strong>sempeña un<br />

papel <strong>de</strong> primera importancia” (Vivante 1952:251).<br />

Hacerle un daño a alguien es causarle un mal. Mal que, generalmente, es asimilado<br />

a una enfermedad. Pero –dice Vivante– esto no es necesariamente así:<br />

las consecuencias <strong>de</strong>l daño pue<strong>de</strong>n ser tanto corporales o psíquicas como materiales.<br />

Por eso:<br />

“Definir el ‘daño’ <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el punto <strong>de</strong> vista <strong>de</strong> la medicina supersticiosa es sólo <strong>de</strong>finirlo<br />

parcialmente y éste es el tipo más común, por no <strong>de</strong>cir el único, <strong>de</strong> <strong>de</strong>finición<br />

que encontramos” (Vivante 1952:237)

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