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La catequesis como experiencia formativa… | Mariana García Palacios 619
conocimientos, sino también valores, formas de vivir y de sobrevivir (Cerletti
2005). De este modo, es posible recuperar los puntos de vista de los niños integrando
tanto los aspectos cognitivos como la apropiación y construcción de
valores y normas.
En este punto devenía imprescindible dilucidar el modo en que el/la antropólogo/a
puede investigar en el campo: qué metodología poner en práctica en un
estudio antropológico que intente dar cuenta de las construcciones de niños y
niñas en un determinado campo empírico.
La metodología utilizada por la psicología genética es el método clínico‐crítico
a partir del cual se propone establecer la psicogénesis de diferentes ideas
infantiles. Este método constituyó una innovación metodológica en el campo de
la psicología del desarrollo, hasta el momento caracterizada por la observación
pura o por las técnicas psicométricas de experimentación (Castorina et al. 1984).
Consta básicamente de una entrevista en la que se atiende a la interacción permanente
entre las preguntas del investigador y las respuestas de los niños. A
partir de un número considerable de entrevistas, el investigador intentará sistematizar
la información haciendo hincapié en las transformaciones y reconstrucciones
cognoscitivas relevadas. Hasta aquí, la caracterización de la puesta en
práctica del método clínico crítico no parece diferir en mucho del método de
entrevista antropológica: ciertas preguntas se plantean al entrevistado, dándole
el tiempo necesario para que realice todas las asociaciones que crea pertinentes,
a la vez que el investigador mantiene una especial atención a estos encadenamientos
con el fin de realizar una nueva pregunta centrada en la respuesta recibida.
Sin embargo, considero que lo que la antropología puede aportar es,
además de un marco teórico que dé cuenta y guíe la indagación, la consideración
de la entrevista en tanto momento al que se llega en la investigación etnográfica
y no en tanto punto de partida del trabajo de campo. En mi caso, antes
de realizar entrevistas a los chicos, llevé a cabo –como ya he establecido– dos
períodos de trabajo de campo. Es por ello que a la hora de pensar las preguntas
que estructurarían en principio la entrevista, contaba con gran cantidad de
material del que extraer interrogantes que sirvieran de disparadores de la opinión
de los niños sobre diferentes cuestiones y situaciones de las que formaban
parte en el proceso de la catequesis. De este modo, la mayoría de las preguntas
que se les realizaron surgieron de la observación previa de las interacciones en
las clases y demás eventos realizados a lo largo del proceso de catequesis.
En conclusión, dentro de la propuesta etnográfica, utilicé distintas técnicas y
métodos de investigación. En primer lugar, la observación participante. Al proponernos
observar y relevar, en registros de campo, las distintas situaciones de
interacción de los niños con el simbolismo religioso y reconstruir el funcionamiento
y los distintos significados de los símbolos en este espacio de socialización
religiosa que es la catequesis, esta técnica resultó de gran utilidad. Por otro
lado, las entrevistas, que focalizaron en los interrogantes surgidos a lo largo del
proceso de investigación. También consideré la puesta en práctica del método
clínico‐crítico y el uso de fuentes de datos secundarias. Esta utilización en la
etnografía de múltiples fuentes de información, sin darle primacía a una sobre