Untitled - Fundación de Historia Natural Félix de Azara

514 Entre Pasados y Presentes II
“Cuando conversaba con Gabriela me contaba la posibilidad ya de andar con una
pastilla” “Nunca voy a dejar de decir, el convencimiento de Gabriela, el convencimiento
de que era ése el camino y aunque tal vez sabían que iban a morir, eso iban a
sembrar estas tierras, para que en algún momento la historia empezara a demostrar
que la justicia iba a llegar. Creo que Gabriela era, fue feliz, que un poco, fue feliz
dando su vida. Realmente, fue feliz dando su vida” (Graciela)
Una interpretación opuesta, que connota negativamente esta idea de sacrificio,
es la que ofrece la madre de Gabriela. Basta este ejemplo para afirmar que la
familia no puede considerarse una comunidad de interpretación homogénea.
“No les importó nada que los mataran, porque sabían bien que los iban a matar”
(Leonarda, jubilada, ama de casa)
Ante los frecuentes intentos de disuasión de los familiares para que abandonen
la militancia y salgan del país, son recurrentes las despedidas y la expresión
de la voluntad de tomar el riesgo de “luchar hasta el final”.
“Le digo ‘¿Por qué no te vas de acá Llevátela a Patricia, váyanse lejos, no estén acá
exponiéndose’. Y él me decía que no, que su obligación era quedarse acá para luchar,
porque si él ya estaba jugado, se iba a jugar hasta el final para seguir peleando, que
Magdalena no había desaparecido en vano, la lucha tiene que seguir y seguir”
(Elena)
Su hermano –hoy desaparecido– quería permanecer en la Organización especialmente
por el secuestro de su hermana Magdalena 10 , aunque posteriormente
contempló la posibilidad de dejar de militar, pensando en su hijo que iba a
nacer 11 . Aparece también la cuestión de la culpa de la desaparición puesta en el
propio familiar: su hermano “no entendió razones”, no intentó “salvarse”,
mientras que Patricia, su pareja, “no quería saber nada”, “si hubiera sido por
ella se hubieran ido”. La “conciencia de los riesgos” –como dice Alicia– no
impidió que su hermana “siguiera” a su pareja militante y arriesgara su vida
por amor. Se da así una combinación entre dos lógicas, ideológica y afectiva, en
las que el “ideal” político parecería estar mediatizado por la pareja militante,
los hijos, los compañeros.
Este repertorio simbólico comparte características con el universo semántico
de la communitas espontánea (Turner 1988) que implica misticismo, amenaza,
peligro –dada su asociación al desorden frente al orden de la estructura– y la
autoinmolación en pos del bienestar de la comunidad humana. Este vínculo
10. Según Gillespie esta es una de las razones más comunes para permanecer o ingresar en Montoneros,
dado que el número de bajas y los riesgos de la “participación activa” habían aumentado, en parte por la
pérdida de apoyo político a raíz del creciente militarismo y violencia que “erosionó la imagen romántica
de los guerrilleros, antídoto vital frente al aspecto desagradable de la violencia” (Gillespie 1998:264‐272).
11. Esto se da también en otros casos de “despedidas” explícitas, cuando los militantes dejan a sus hijos a
cargo de algún familiar.