Untitled - Fundación de Historia Natural Félix de Azara

672 Entre Pasados y Presentes II
adentro y del afuera escolar. Así, la construyen como un espacio de acción
colectiva y de permanente circulación del saber, generando un conocimiento
crítico que desarrolle, mediante un esfuerzo de conceptualización y análisis histórico,
la construcción de una conciencia colectiva para superar la percepción
pragmática y fragmentada de los problemas.
Desde este marco teórico, organizan talleres de formación en educación
popular y programas de alfabetización que cristalizan en la organización de
escuelas para adultos. Estos bachilleratos son públicos y gratuitos. Sin embargo,
para poder otorgar títulos oficiales debieron enmarcarse bajo el régimen de la
educación privada. Para esto, se hizo necesario que el conjunto de educadores
se constituyera legalmente como cooperativa, es decir, la misma funciona como
una herramienta para la apertura de los bachilleratos. Estos bachilleratos se especializan
en gestión cooperativa tanto en su orientación curricular como en su
organización. Cuentan con una dirección colegiada, una asamblea en la que
participan tanto docentes como estudiantes y un sistema de delegados estudiantiles
rotativos por curso. Son bachilleratos de tres años de duración que
poseen diferentes regímenes de cursada teniendo en cuenta la alta circulación
de los estudiantes.
La opción por la especialización en gestión cooperativa implica diseñar una
formación y capacitación que responda a las necesidades de los nuevos procesos
de organización social. Es decir, el objetivo de estas escuelas es formar sujetos
políticos a partir de la posibilidad de que sean parte de un ámbito social
cooperativo y autogestionado.
Una herramienta que utilizan estos educadores para llevar adelante su propuesta
es el armado de un mapa social del entorno socio‐político y del distrito
escolar en función de la ubicación geográfica de la escuela. Esto les permite
conocer cómo son las características de la comunidad, relevar las organizaciones
sociales que la integran e incorporar estos contenidos en la currícula.
En definitiva, desde la perspectiva de estos investigadores, la educación
popular implica un proyecto político que entiende a la educación como un bien
social.
“Se asume una visión de la transformación social, asociada al crecimiento de la
capacidad de los sectores populares de participar realmente en las decisiones que
afectan su vida cotidiana, capacidad de participación entendida como un proceso
histórico de conquista y aprendizaje” (Sirvent 1999:75)
A partir de este marco, han generado múltiples experiencias educativas
–siete hasta la fecha– en y con diferentes organizaciones y movimientos sociales.
Principalmente, se relacionan con grupos que al igual que ellos se organizan
a partir de dos consignas fundamentales: la autonomía y la autogestión con
relación al Estado. Sin embargo, esta autonomía no implica que no consideren
que el Estado sea el responsable de garantizar el acceso a la educación, ni que
dejen de reclamarle su responsabilidad sobre la misma.