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Descargar libro Manantiales de Andalucía - Conoce tus Fuentes

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Las fuentes <strong>de</strong>l Cuervo y el <strong>de</strong>siertocarmelitano <strong>de</strong>l río Celemín (Cádiz)Rosario Fresnadillo GarcíaUNIVERSIDAD DE CÁDIZAlgo tendrá el agua cuando la bendicen.Fieles a este principio fueron, <strong>de</strong>s<strong>de</strong>luego, los frailes <strong>de</strong>l monasterio <strong>de</strong> San José<strong>de</strong>l Cuervo (Cádiz), que ya llevaban años explotandolas fuentes naturales <strong>de</strong>l sitio porsus supuestas cualida<strong>de</strong>s salutíferas, antes<strong>de</strong> que un médico se pronunciara al respectopor primera vez. Y pue<strong>de</strong> que no tantopara los enfermos, pero la verdad es que, almenos para la comunidad, la presencia en el«<strong>de</strong>sierto» <strong>de</strong> numerosos veneros tributarios<strong>de</strong>l río Celemín se reveló como una auténticabendición para aliviar la precarieda<strong>de</strong>conómica que, por razones <strong>de</strong> índole interna,sufrió endémicamente la institución.La pequeña comunidad fundacionalhabía sido solemnemente instalada por lasautorida<strong>de</strong>s eclesiásticas y laicas en el recónditoparaje <strong>de</strong> la garganta <strong>de</strong>l Cuervo(Medina Sidonia, Cádiz) en el otoño <strong>de</strong>1717. El boato <strong>de</strong> la ceremonia <strong>de</strong> inauguración,que narran los textos, no <strong>de</strong>be extrañar,pues se trataba nada menos que <strong>de</strong>la casa <strong>de</strong> retiro emblemática, única en todala Provincia <strong>de</strong> Andalucía la Baja, comomandaba la Regla, por la que iban a rotarlos conventuales urbanos para experimentarsedurante un año en las prácticas propias<strong>de</strong> la vida ermitaña; lo cual explicaba,a su vez, tanto el forzado aislamiento físico<strong>de</strong>l convento –en el corazón <strong>de</strong>l hoy ParqueNatural <strong>de</strong> los Alcornocales–, como la prohibiciónexpresa a los monjes <strong>de</strong> pedir oaceptar limosna, o ejercer cualquier otraactividad que pudiera distraerles <strong>de</strong> susobligaciones místico-disciplinarias.Se suponía, por <strong>de</strong>más, que las autorida<strong>de</strong>s<strong>de</strong> la Provincia quedaban comprometidasa procurar el mantenimiento material <strong>de</strong>los frailes y a financiar la ingente obra monacalque aún quedaba por levantar. El interésentre otras razones iba más allá <strong>de</strong>l anheloespiritual, y es que la presencia <strong>de</strong>l yermo eracondición sine qua non impuesta en lasConstituciones para mantener la in<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia<strong>de</strong> la Provincia en el organigramainstitucional <strong>de</strong> la or<strong>de</strong>n. Este requisito habíaquedado establecido por influencia directa<strong>de</strong> Santa Teresa y San Juan <strong>de</strong> la Cruz, que<strong>de</strong>fendieron con intensidad la gran importanciaque tenía para la Reforma la recuperación<strong>de</strong> los valores tradicionales <strong>de</strong>l Carmeloprimitivo. Pero lo cierto es que estosi<strong>de</strong>ales que alcanzaron brillantes materializacionesen la primera Edad Mo<strong>de</strong>rna, comofueron los «<strong>de</strong>siertos» paradigmáticos <strong>de</strong>Bolarque en Guadalajara o Batuecas en Salamanca,eran ya poco más que una carganormativa obsoleta para el siglo XVIII, momentoen el que, tras fracasar con dos fundacionessimilares, Andalucía la Baja arrancabacon más urgencia que en<strong>tus</strong>iasmo susingladura en tierras asidonenses.Y así, una vez concluidos los fastosinaugurales, la realidad se mostró tal cual:pocos hombres, menos medios y el auxilioescaso y siempre ocasional <strong>de</strong> los responsablesprovinciales, que parecían dar porcumplidos sus compromisos con la simplepuesta en marcha <strong>de</strong>l proyecto. Todo ellofacilitó que, mientras unos se veían obligadosa transgredir las rigi<strong>de</strong>ces <strong>de</strong> la Regla,otros entendieran que al menos, por untiempo, <strong>de</strong>bían permitir esa trasgresión.Éstas son, a gran<strong>de</strong>s rasgos, las razonespor las que, aunque apenas haya constanciaescrita en la documentación conventual, lahospe<strong>de</strong>ría <strong>de</strong>l cenobio se convirtiera aquí enuna instalación <strong>de</strong> funcionamiento prioritario,tanto como la misma iglesia, registrándose<strong>de</strong> hecho la presencia <strong>de</strong> seglares intramuros<strong>de</strong>s<strong>de</strong> la década <strong>de</strong> 1740.Hay que reconocer <strong>de</strong> todas manerasque no es El Cuervo el único caso <strong>de</strong> yermocarmelitano que hizo uso <strong>de</strong> sus recursosnaturales, no sólo para coadyuvar a su manutención,sino también para buscar un espaciopropio en el siempre reñido panorama<strong>de</strong> las <strong>de</strong>vociones locales. Así, por ejemplo, elparalelo funcional más cercano al monasteriolo encontramos en el <strong>de</strong>sierto tarraconense<strong>de</strong>l Cardó, que tanto <strong>de</strong>stacó por sucondición complementaria <strong>de</strong> balneario, quepasó a manos laicas a mediados <strong>de</strong>l siglo XIXpara ser explotado como tal; aunque pareceque en El Cuervo esta práctica llegó a ganar,274 MANANTIALES, AGUAS MINERO-MEDICINALES Y TERMALES

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