07.05.2013 Views

NARRATIVAS MARGINALES Y GUERRA SUCIA EN MÉXICO (1968 ...

NARRATIVAS MARGINALES Y GUERRA SUCIA EN MÉXICO (1968 ...

NARRATIVAS MARGINALES Y GUERRA SUCIA EN MÉXICO (1968 ...

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

… los van a poner a dibujar figuras humanas, les dijeron, y hay que hacerlas<br />

sin orejas, con las manos abiertas y la boca cerrada, no recalcar los trazos,<br />

tampoco con mucho detalle. Les pedirán dos figuras: una masculina y otra<br />

femenina, en este caso empiecen siempre con la masculina y si a una de ellas la<br />

dibujan incompleta lo mismo deben hacer con la otra. (Castañeda, 17)<br />

Esta cita me parece un buen ejemplo, y parodia, del modo en que el<br />

archipiélago carcelario se diluye en formas menos evidentes de normativización y<br />

disciplinamiento del sujeto en general. Paradójicamente este biopoder, ya que<br />

finalmente se ejerce sobre el disciplinamiento de los cuerpos, parece ser menos<br />

percibido, pero no por ello es menos inquietante, como señala Foucault: “Lo<br />

carcelario “naturaliza” el poder legal de castigar, como “legaliza” el poder técnico de<br />

disciplinar” (Vigilar y castigar, 309).<br />

La siguiente cita va más lejos y deconstruye tanto al sujeto como a la<br />

disciplina que ejerce el poder de normativización del individuo, por supuesto<br />

legitimado como relato científico. De este modo, el psicólogo es ridiculizado y<br />

rebajado a un estatus en el que aparece como perro en cuatro patas.<br />

Los sicólogos, de blanco también, ensimismados en no sé qué teoría de la<br />

rehabilitación del delincuente, entraban y salían de los cubículos, con papeles<br />

en la mano, pasándose a los presos entre sí; preguntándoles si de pequeños se<br />

orinaban en la cama, o si le tenían ganas a la mamá o sentían deseos de matar<br />

al papá. […] Los subversivos pasaban con un [p]sicólogo especial que ocupaba<br />

la oficina del subdirector, y que ahí permanecía entretenido en darles comida a<br />

unos nervudos perros de una raza que Joaquín no conocía, dialogando con ellos<br />

tan cerca de su cara que pareciera querer besarlos. Luego intentaba emitir<br />

ladridos acomodado en cuatro patas sobre la alfombra verde. (¿Por qué no<br />

dijiste todo?, 16-17)<br />

Así a través de la animalización del especialista, la psicología, en tanto<br />

disciplina legitimada como ciencia, es desarticulada. Es decir, si la disciplina genera<br />

su propio objeto de estudio, se trata de una serpiente que se muerde la cola,<br />

126

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!