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NARRATIVAS MARGINALES Y GUERRA SUCIA EN MÉXICO (1968 ...

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manifestación en el Zócalo, se quemaron efigies de Díaz Ordaz, se cantó el himno<br />

nacional y se colgó una bandera rojinegra a media asta frente a Palacio Nacional.<br />

Colgar la bandera rojinegra fue tomado como un agravio a los símbolos patrios y de<br />

nuevo los colores fueron relacionados con la influencia comunista. Este hecho,<br />

aunado a la espontánea propuesta de Sócrates Campos Lemus —miembro del<br />

Comité Central del CNH y posible agitador infiltrado en el movimiento— que en el<br />

micrófono pidió a los manifestantes hacer un plantón indefinido en el Zócalo hasta<br />

que el gobierno acordara una fecha para el diálogo público, fue motivo suficiente<br />

para que se enviaran a las tropas para dispersar violentamente la manifestación.<br />

Al día siguiente, el gobierno convocó a los sindicatos para que llevaran a cabo<br />

un acto de desagravio a la bandera, como un modo de echar cortina de humo sobre el<br />

movimiento estudiantil. Sin embargo, los empleados y trabajadores del gobierno<br />

desfilaron gritando la consigna: “Somos borregos, nos llevan, beee”, la cual lejos de<br />

contrarrestar el movimiento, expuso sus viejos mecanismos de corrupción.<br />

Este hecho es retomado por la novela con un tono paródico, ya que Marco<br />

Lépido cree tener su gran oportunidad para acuñar esa frase que lo llevaría al éxito<br />

político y económico. Sin embargo, durante la manifestación oficial, la consigna de<br />

ser acarreados irrumpe con la solemnidad de la ceremonia, ante lo cual el secretario<br />

general del sindicato ordena que la banda toque más fuerte para silenciar las voces.<br />

—¿Qué hacemos? —preguntó uno. —Canten algo. —Aunque sea El<br />

abandonado. Con todo, por encima de aquellas voces que desgarraban —y en<br />

ese momento no valían exigencias de cuadratura o tono— la popular canción,<br />

se elevaban otras, en ese momento puras, liberadas, auténticas, que<br />

sencillamente decían: Somos borregos, nos llevan/ Somos borregos, beee.<br />

(Muertes de Aurora, 115)<br />

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