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NARRATIVAS MARGINALES Y GUERRA SUCIA EN MÉXICO (1968 ...

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libelo en un juego de identidades entre víctima y victimario, de la cual Bruno<br />

Medina difícilmente saldrá ileso.<br />

La novela comienza con una retrospección que a su vez funciona como<br />

anticipación de la mala decisión que Bruno Medina hiciera al aceptar trabajar para<br />

el gobierno. Así como en la infancia Medina se muestra hipnotizado por las<br />

imágenes de los héroes en la lucha libre tras la máscara que cubre su identidad,<br />

Bruno Medina adulto es seducido por los expedientes y la posibilidad no sólo de<br />

acceder a ellos, sino trabajar en ellos anónimamente como un escritor enmascarado.<br />

Que nunca fuera a trabajar para el gobierno le había pedido su padre muchos<br />

años atrás, por lo menos más de veinte años antes de que Bruno empujara el<br />

portón entreabierto de la antigua iglesia, entrara a la gran nave de la<br />

biblioteca abovedada y empezara a escudriñar expedientes judiciales […] Las<br />

palabras de su padre se iban desvaneciendo en su memoria casi un instante<br />

después de que las pronunciara, absurdas, delirantes, sin ningún sentido para<br />

quien, inmerso en la contemplación del luchador encapuchado y los ojos y los<br />

labios y la punta de la nariz apenas entrevistos tras la máscara plateada,<br />

inidentificables… (Pretexta, 9)<br />

Aunque situados en bandos opuestos, el profesor Ocaranza desde la ética y<br />

periodismo comprometido y Bruno Medina desde el oportunismo y corrupción,<br />

ambos comparten su pasión y obsesión por la escritura situándose en el espacio de<br />

la ciudad letrada.<br />

El olor a tinta, el placer de comunicar algo desconocido o secreto, su propensión<br />

a sorprender e incluso al chisme, hubieron de marcarlo para siempre desde<br />

aquellos primeros contactos con la prensa, muchos años antes, ciertamente de<br />

que un camión de redilas remolcara las jaulas de los leones frente a los campos<br />

del club Campestre y entre los estudiantes en desbandada, muchos años antes<br />

de que el profesor Ocaranza amaneciera golpeado y malherido en el fondo de<br />

una zanja, muchos, pero no muchos atrás, […] antes del momento en que, con<br />

una bayoneta en mano, Bruno irrumpiera en la casa del profesor y se la<br />

pusiera en la garganta, unos meses tan sólo antes de que le encargaran la<br />

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