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NARRATIVAS MARGINALES Y GUERRA SUCIA EN MÉXICO (1968 ...

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puedo dejar el alcohol. Soy alcohólico ya mayorcito y a nadie acuso de<br />

sonsacador. ¿O usted qué me aconseja? (Muertes de Aurora, 14)<br />

Su actitud, más que irresponsable, me parece que enfatiza ese lado moridor<br />

que se mencionó anteriormente, ya que asume su condición desde la marginalidad<br />

del discurso médico y moral que sancionan furiosamente hábitos y comportamientos<br />

que afecten al cuerpo social. Si bien el alcohol se encuentra del lado de los consumos<br />

legales a diferencia de las drogas, la intervención de los cuerpos, a través de un<br />

discurso de saneamiento social, conforma uno de los mecanismos más sofisticados<br />

del aparato disciplinario. De este modo, Gerardo de la Torre, al elegir como testigo<br />

de la historia a un personaje alcohólico, incrusta estratégicamente un rejón de doble<br />

filo en el muro del edificio panóptico. Así, las alucinaciones generan un espacio<br />

alterno que se conecta con la realidad como memoria profunda. Por ejemplo, los<br />

animales que atormentan a Jesús funcionan como una poderosa imagen que,<br />

entretejida entre elementos “reales” e imaginarios, desestabilizan la lógica racional<br />

tal como sucede en el sueño.<br />

Alguien movía la cama, las chinches o los vampiros. Y los moscos comenzaban<br />

a zumbar, a cercarlo con sus enormes trompas succionadoras erguidas como<br />

falos. Ofreció gustoso su cuerpo a la sangría, se dejó caer de espaldas en el<br />

lecho y le vino un ataque de risa pensando que los moscos iban a<br />

emborracharse y perderían el sentido. Tengan cuidado, pueden caer desde una<br />

ventana. Y a esos moscos, otros moscos, los moscos de los moscos, les chuparían<br />

la sangre y compartirían la embriaguez. Era una idea que le agradaba: todos<br />

borrachos, borrachos los moscos y los caballos y los seres humanos y las<br />

escolopendras. Le dio mucha risa imaginar borrachas a las escolopendras,<br />

pero qué carajos eran las escolopendras. Las supuso hipotéticas aves<br />

emparentadas con las golondrinas, y como tales seguramente se<br />

emborracharían volando en círculo. (Muertes de Aurora, 37)<br />

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