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MIRIAM NAVEIRA MERLY
expresarse en estos momentos y quizás convulsionar aún más el ambiente.
Así es que decidí sólo mencionar, a grandes rasgos, para aclarar dudas y
despejar malos entendidos, algunas de las características de las funciones
de esta figura de rango constitucional. Primero en su faceta como Juez del
Tribunal Supremo y luego como administrador de la Rama Judicial.
La Sección 7 del Artículo V de la Constitución del Estado Libre Asociado
de Puerto Rico específicamente dispone que el Tribunal Supremo
adoptará reglas para la administración de los tribunales y que será el Juez
Presidente el que dirigirá la administración de éstos. En cuanto el Tribunal
Supremo en sí, la Sección 4 de ese mismo Artículo indica que éste funcionará
bajo reglas de su propia adopción, en pleno, o sea con todos los jueces, o
dividido en salas de no menos de tres jueces. En cuanto a su función judicial
propiamente, el voto del Juez Presidente con relación a cualquier caso o
asunto, tiene el mismo peso y valor que el de los demás Jueces Asociados.
Por lo tanto, su capacidad para colegiar o sea, para aglutinar una mayoría
a favor de una posición en particular, para influenciar las interpretaciones
en importantes sectores del Derecho, va a depender de su capacidad para
persuadir y del liderato que pueda ejercer entre sus compañeros y esto, a su
vez, está atado al respeto intelectual que sus colegas le tengan.
También quisiera aclarar que la mayor parte de los casos que se presentan
al Tribunal Supremo no tienen matiz político, son, aunque importantes,
simplemente controversias entre personas naturales o jurídicas o
entre éstas y el Estado.
Como no todos ustedes son abogados, quisiera hablarles un poco sobre
lo que representa la Rama Judicial y, en particular, el Tribunal Supremo
en nuestro esquema de gobierno de separación de poderes. Distinto a las
otras dos ramas, la Ejecutiva y la Legislativa, la Judicial es la rama no
política del gobierno. Su función principal es resolver controversias, canalizando
así, de forma pacífica, la solución de los conflictos y disputas.
Los tribunales entienden solamente en los asuntos que son traídos ante
su consideración, no generan los casos. La Rama Judicial tiene el deber
de garantizarle al pueblo que estos asuntos serán atendidos por un árbitro
imparcial, que en el caso de los tribunales es el juez. Éste, en el ejercicio de
sus funciones, tiene el deber de salvaguardar y proteger los derechos de todos.
Esto incluye tanto aquellos que tienen la admiración de la mayoría del
pueblo como aquellos que son los más despreciados y menos respetados.
Aun los derechos de los odiados y temidos por sus acciones, tienen que
ser protegidos. Cuando la sociedad repudia es que resulta más importante
que los tribunales ejerzan su deber de proteger. Los tribunales tienen que
asegurarse que a todos los ciudadanos se les trate igual y que los derechos
de éstos se salvaguarden, independientemente de cuán inmerecida sea esta
garantía o cuán odiosa haya sido su conducta. Por ejemplo, no me cabe
duda que los acusados como francotiradores asesinos en serie del área de
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