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JAIME FONALLEDAS
El mal de la corrupción gubernamental no es exclusivo de la política
político-partidista. No se soluciona meramente acudiendo a las urnas para
elegir funcionarios honestos y probos o aprobando leyes que impongan
penalidades más severas a los que violen la confianza que el pueblo ha
depositado en ellos. Hace falta atender los problemas estructurales que
propician la corrupción, como puede ser la falta de educación sobre ética
moral, la pobreza generalizada, el tráfico y consumo de drogas, el estado
de la salud pública y la falta de fe de muchos ciudadanos. Todos temas
para otra ocasión.
Dentro de la limitación de tiempo requerido quise abordar algunos
temas neurálgicos que entiendo deben ser analizados y difundidos por los
propuestos “think tanks” en Puerto Rico. No son los únicos temas importantes
para el sector empresarial. Ejemplos de estos temas relevantes son
los que la Cámara de Comercio de Puerto Rico ha planteado en el pasado
fin de semana y que curiosamente no fueron analizados en la prensa del
país, tales como:
• La reestructuración completa del sistema contributivo en Puerto
Rico y la introducción de un “sales tax”.
• El estudio de toda nuestra legislación laboral para atemperarla a las
realidades socio-económicas y de competitividad modernas.
• El análisis de medidas concretas para incentivar la eficiencia operacional
y los servicios que ofrece el gobierno.
• Trabajar proyecciones sobre demanda de empleo futura y las destrezas
y conocimientos básicos requeridos para que el sistema educativo
en todos los niveles de enseñanza en Puerto Rico responda
a esas necesidades.
• Promover con carácter de urgencia las políticas públicas de Ciencia
y Tecnología para así desarrollar a Puerto Rico en una comunidad
de Ciencia y Tecnología de clase mundial.
• Hacer estudios que evalúen el impacto del desarrollo y crecimiento
de Cuba sobre los distintos sectores de la economía en Puerto
Rico; así como el impacto y los efectos que tendrá la liberación del
comercio, a través de los tratados de libre comercio que promueve
Estados Unidos con Suramérica y el resto del Mundo.
Por ser empresario me confieso parcializado a los temas anteriores
que subrayan todos la urgente necesidad de fortalecer la competitividad
económica y el sólido desarrollo de Puerto Rico, pero sé que hay muchos
más que debemos analizar.
Mi óptica de empresario me permite apreciar las posibilidades que se
nos ofrecen para moldear nuestro futuro. Y porque conozco los valores, la
fibra moral y la capacidad de mi pueblo, es que tengo mucha esperanza en
ese futuro. Un futuro donde impere el diálogo, la unión y convergencia en
• HOMINES • Vol. XX, Núm. x - xxxxx de 2005 263