10.01.2015 Views

Relaciones internacionales.indb - HOMINES

Relaciones internacionales.indb - HOMINES

Relaciones internacionales.indb - HOMINES

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

IVETTE ROMERO-CESAREO<br />

hay un aparente silencio en cuanto a su identificación racial y muestra<br />

confusión cuando habla de su madre adoptiva: “¡Cuanto más atrás miro,<br />

más confusos son mis recuerdos! Como en sueños, veo a la que siempre<br />

llamaba ‘mamá Ninina’. Siempre creí que fuera mi madre, luego supe toda<br />

la verdad: que me habían puesto en sus brazos acabada de nacer como<br />

compensación por la pérdida de su única hija” (19). Su madre abandona a<br />

su esposo porque se enamora de un hombre casado que era, según palabras<br />

de Granados, “capirro pero muy guapo”. Al quedar encinta, el hombre, a<br />

quien Granados nunca nombra, la amenaza con dejarla si no aborta. Dice<br />

Granados:<br />

Ella no le hizo caso, entonces él la dejó y ella se puso a vivir con un primo<br />

hermano de él, que también era capirro y guapo, y que se parecía mucho<br />

a mi padre. Porque yo creo que mi madre no quería mucho a nadie. Ni a<br />

mí. Cuando yo nací, dejó que mi abuela me pusiera en manos de Regina,<br />

diciéndole: “Toma, Regina, aquí tienes la hija que se te murió. Críala, que<br />

es tuya”. Y Ninina me llevó con ella y me crió. ¡Por eso yo no perdono<br />

a mi madre, aunque me muera mil veces! (22)<br />

Aunque Ninina la cría como a una hija y Granados la quiere como a<br />

una madre, nunca perdona el abandono de su verdadera madre ni el rechazo<br />

de su abuela blanca y adinerada a causa de su ilegitimidad. Nunca<br />

olvida el día en que llega su madre, Carolina, a verla después de tres años<br />

de ausencia y su sufrimiento al no recibir ninguna muestra de cariño. En<br />

vez de recibir el ansiado beso, oye a su madre exclamar: “¡No parece hija<br />

mía!”. Granados nunca habla del abandono por parte de su padre, sino<br />

que dirige su ira hacia su madre por no haberla protegido. Nunca hace<br />

un análisis de la omnipotencia y control de su abuela terrateniente quien<br />

obliga a su propia hija a casarse con un hombre rico, la repudia y la exilia<br />

de su hogar al ésta rechazar a su esposo, y relega a su nieta a una vida de<br />

servidumbre, todo supuestamente por sus principios religiosos. Aunque<br />

ella misma haya abandonado a su esposo en España para reunirse con su<br />

amante en Cuba, la visión religiosa de su abuela, Doña Josefa, le sirve de<br />

excusa para actuar con una gran crueldad y determinar el curso de otras<br />

vidas. Más tarde en el texto descubrimos que el destierro se lleva a cabo<br />

también por razones políticas —nunca le perdona a su hija, Carolina, sus<br />

actividades contra la Madre Patria. Bajo estas circunstancias, su nieta<br />

queda sometida a los mismos abusos ofrecidos a sus empleados: “Tenía<br />

que arrodillarme y pedirle la bendición, como cualquiera de sus antiguos<br />

esclavos” (22). Su abuela aparece como un personaje tan poderoso, que no<br />

solamente dispone de otros seres humanos según le parezca, sino que hace<br />

caso omiso de la legalidad y del curso de la historia. A pesar de que sus<br />

esclavas habían pagado por su manumisión, ella las trata como si la emancipación<br />

jamás hubiese ocurrido. A veces Granados parece culpar a las<br />

empleadas atribuyendo su sufrimiento a su propia ignorancia concerniente<br />

• <strong>HOMINES</strong> • Vol. XX, Núm. x - xxxxx de 2005 335

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!