Relaciones internacionales.indb - HOMINES

JOSÉ J. DE LEÓN
refieren al todo, Cicerón menciona la definición, la división y la etimología;
en cuanto a los que se refieren a determinados aspectos, cita los
siguientes: género, especie, semejanza, diferencia, contraposición, circunstancias,
causa, efecto y comparación. No existe debate al que no se pueda
aplicar algún tópico, aún cuando no todos ellos sean adecuados para cada
discusión en particular.
La actualidad del método retórico ha sido defendido por diversos autores.
Para Viehweg, por ejemplo, la tópica es un modo de razonamiento
que opera por ajustes concretos para la resolución de problemas, a partir
de directrices que —como ocurre en el Derecho— no son principios lógicos
sino tópicos de valor relativo. El problema, en cuanto cuestión que
admite aparentemente más de una respuesta, actúa como guía: provoca
un juego de suscitaciones, que se identifica con el arte de la invención,
durante el cual conviene tener presentes, en cada situación relevante, las
razones que aconsejan y las que desaconsejan dar un determinado paso.
“Cuando se choca con un problema, se puede proceder de modo simple
tomando por vía de ensayo, en arbitraria selección, una serie de puntos
de vista más o menos ocasionales y buscando de este modo unas premisas
que sean adecuadas y fecundas y que nos puedan llevar a consecuencias
que nos iluminen. (...) Una investigación ulterior más precisa hace que la
orientación conduzca a determinados puntos de vista directivos.”
Un error usual que he observado en muchos debates, no sólo a nivel
estudiantil sino también a nivel político, consiste en intentar aplicar el
modo de pensar sistemático. Siguiendo a Hartmann, “el modo de pensar
sistemático procede desde el todo. La concepción es en él lo principal y
permanece siempre como lo dominante (...). El punto de vista está desde
el principio adoptado, y desde él se seleccionan los problemas”. El caso
afirmativo parte de un concepto, que se usa como premisa universal y
verdadera, luego se plantea una concepción —forma de hacer operativo un
concepto— que ofrece una solución general para un tipo de situaciones y,
finalmente, se escoge un problema de la especie estableciendo la solución
como necesaria. La oposición responde en forma análoga, planteando un
punto de vista (concepción) diferente; el contenido del problema que no
se concilia con el punto de vista se rechaza como una cuestión falsamente
planteada y, consecuencialmente, se ofrece una solución alternativa. Los
discursos —y por ende las pruebas así como la demostración— transitan
por caminos paralelos, sin encontrarse jamás; y el jurado o la audiencia
no tiene más que optar entre dos sistemas lógicos diversos, sin que se le
ofrezcan criterios “objetivos” de comparación.
El debate, nunca debemos perderlo de vista, versa siempre sobre proposiciones
que no son evidentes; por lo tanto, no hay forma —fuera de
las Matemáticas— para que un conjunto de premisas apoyadas por la
lógica deductiva puedan garantizarnos una conclusión segura. Desde que
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