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LA LUCHA EN CONTRA DEL SIGNIFICADOR TRASCENDENTE...
fascinado por la noche del inconsciente, 34 llegó a percatarse de la dirección
hacia la cual podría conducir el culto al instinto. El advenimiento de la
conciencia, que permite la comprensión de nuestras limitaciones, lejos de
ser antinatural o anti-dionisíaca, no es infiel, según él, a la vitalidad, sino
que refleja la más profunda intención de esta última.
Otros, como Max Horkheimer, Theodor Adorno y George Mosse, han
estudiado la catástrofe trazando sus raíces hasta la “Ilustración”. Mosse,
por ejemplo, alega que, aunque los “ilustrados” pretendieron alejarse de
las supuestas “supersticiones cristianas”, por otro lado, como en el caso de
J.J. Winckelmann, adoptaron acríticamente e impusieron universalmente
la, así llamada, “estética clásica”, la cual, junto a las seudociencias de la
frenología y de la fisionomía y la concepción de la unidad de todo lo vivo,
aun entre mente y cuerpo, instituyeron un orden del discurso en el cual se
articuló la idea de que la apariencia física del individuo, en la medida en
que se aproxima o se distancia de la estética de los “ilustrados”, es una expresión
del valor del “hombre interno” con el cual, según esa concepción,
estaba íntimamente ligado. 35 En este sentido, según Mosse, algunos pensadores
del siglo XVIII establecen algunos de los fundamentos que harán
conceptualmente posible obras muy influyentes como, las de Christian
Meiners y el tratado de Arthur Gobineau, Ensayo acerca de la desigualdad
de las razas humanas (1853-55).
En el caso de Heidegger, contrario a su discípula, 36 Hannah Arendt,
su preocupación por la “historia del ser” aparentemente le hizo desatender
“contingencias históricas” como is Shoah. Así pues, según Aschheim,
todas las barbaridades modernas son reducidas por Heidegger a manifestaciones
del “nihilismo”, de la “voluntad de poder” y de la “dominación
tecnológica” en la “era del dispositivo”. Para Aschheim, ese tipo
de técnica universalizadora para evadir las particularidades de los crímenes
de los nazis se convirtió en la dieta básica de la derecha radical alemana
después de la Guerra. 37 Es así como se formula, según él, una ecuación
entre la agricultura motorizada y las cámaras de gas. 38 En este sentido,
según Habermas, “bajo la mirada niveladora del filósofo del Ser, aun el
universal desde un punto de vista cosmopolita.
34
Henry Hatfield, Thomas Mann, Norfolk: New Directions, 1951, p. 97.
35
George L. Mosse, Toward the Final Solution, New York: Howard Fertig, 1997,
pp. 2-16.
36
Elzbieta Ettinger, Hannah Arendt Martin Heidegger, New Haven: Yale University
Press, 1995.
37
Aschheim, p. 8.
38
Ídem.
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Vol. XX, Núm. x - xxxxx de 2005 • HOMINES •