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LA LUCHA EN CONTRA DEL SIGNIFICADOR TRASCENDENTE...
de una enciclopedia china en donde los animales se pueden clasificar en
forma estrambótica. Ejemplo, puramente ficticio, porque no existe tal enciclopedia,
excepto en la mente de Borges y en la de sus lectores, con el
cual Foucault pretende justificar el aserto de que la taxonomía occidental
es solo uno de varios, igualmente válidos, modos de clasificar animales. 64
Según K. Windschutle, el que una pieza de ficción pueda ser seriamente
empleada para hacer un caso en la historia o en la antropología indica
cuán bajo se ha hundido el debate en la era posmoderna. 65
Entendemos los reclamos de “los posmodernistas”, 66 en el sentido de
que se solicita, si supuestamente hay tal cosa como un significador trascendente,
que la catástrofe sea demostrada inmediatamente “en persona” en su
totalidad. Y le concedemos a Martín Jay y a Hayden White, si hemos entendido
sus argumentos, que el Holocausto, al igual que la Segunda Guerra
Mundial y otros fenómenos históricos, son constructos teóricos o lógicos
que nadie experimentó inmediatamente “en persona” en su totalidad en
el mundo vivido. Ahora bien, no creemos que esa concesión dé lugar para
inferir que no hay realidad extra-verbal y que, por ende, no se puede establecer
cuál representación histórica es más válida que otra, porque de ser
así, como se ha dicho ya, las ideas adventicias, es decir, aquellas que, según
Descartes, “son extrañas y vienen de afuera” 67 podrían ser experimentadas
según los designios de nuestra voluntad, lo cual no parece ser el caso. Por
otro lado, pensamos que ninguna inferencia es, por naturaleza, empírica
aunque puede ser razonada, válida o inválidamente, de los testimonios
64
Shermer y Grobman, p. 29 y Michel Foucault, Las palabras y las cosas, México:
Siglo XXI, 1968, p. 1.
65
Shermer y Grobman, p. 29.
66
Deseamos advertir al lector de que en este trabajo estamos ofreciendo lo que
consideramos que son las posturas “típicas” de los “pensadores posmodernos”
estudiados. En este sentido, suponemos que la filosofía moderna se inicia
cuando, en la Tercera Meditación, Descartes señala, contrario a Platón, que las
ideas o pensamientos de cualquier tipo de objeto se presentan en la interioridad
de nuestro espíritu. Es decir, con la modernidad, las ideas, que antes eran
trascendentes, se convierten en datos exclusivamente mentales (Aron Gurwitsch,
curso dictado en New School For Social Research, circa 1974). Por otro
lado, creemos que los “posmodernos”, sin tomar en consideración algunos
argumentos articulados por Berkeley sobre el papel del significador trascendente
divino en la producción de las ideas, presumen que, si “todo es idea” y éstas
son exclusivamente eventos infra-psíquicos, entonces las mismas no pueden
advenir a la conciencia procedentes de una fuente distinta en modalidad al
discurso que inmediatamente experimentamos al pensar cualquier tipo de proposición.
Opinamos que es debido a esas presunciones por lo que para ellos la
“realidad” se concibe como un “evento discursivo”.
67
Rene Descartes, Meditaciones Metafísicas, traducción de Ezequiel de Olazo y
Tomás Zwanck, Buenos Aires: Editorial Sudamericana, 1967, p. 236.
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Vol. XX, Núm. x - xxxxx de 2005 • HOMINES •