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LA METAMORFOSIS DE UN RÉGIMEN PETRIFICADO...
experimentaron un decremento de hasta un 50 por ciento. Por ejemplo,
la reducción del consumo percápita de carne de res y cerdo fue de un 50
por ciento entre 1980 y 1990 y el consumo percápita de leche pasó de 125
litros a 74 litros en 1990.
La crisis económica tuvo claramente sus repercusiones en el ámbito
político. En particular, fue evidente que la crisis redujo los niveles de legitimidad
de la élite gobernante y erosionó gradualmente el apoyo que los
diferentes sectores sociales han ofrecido al PRI. Como lo señalo Karen
Remmer, “las elecciones celebradas bajo condiciones de crisis económicas
en Latinoamérica han producido constantemente pérdidas para los partidos
gobernantes”. La pérdida se vio reflejada, como se apuntó más arriba, en
las elecciones de 1988, de 1994 y de 1997, donde los porcentajes de votos
a favor del PRI siguieron una tendencia decreciente y donde la oposición,
especialmente el PAN y el PRD, tuvieron un incremento en su acervo
político-electoral.
La profundización de la crisis económica y la devaluación del peso
con respecto al dólar estadounidense ocurridas en diciembre de 1994, los
recortes al gasto público y el incremento del IVA en un 50 por ciento (de 10
a 15 por ciento) durante el sexenio zedillista, perjudicaron y redujeron aún
más los niveles de aceptación del PRI y del gobierno entre el electorado.
Esta reducción pudo ser observada en las elecciones locales en el Estado
de Jalisco, Guanajuato, Baja California Norte, Aguascalientes, Veracruz,
Yucatán y Durango celebradas en la primera mitad de 1995 y donde la
oposición principalmente el PAN, obtuvo avances y victorias importantes.
En la elección de 1997, la pérdida de legitimidad del PRI fue patética, ya
que no sólo perdieron el control del gobierno en los estados de Querétaro,
Nuevo León y el Distrito Federal, sino que también fueron despojados de
la mayoría absoluta de la Cámara de Diputados.
Por otro lado, la aceptación y el incremento de los recursos económicos
provenientes del erario público, como lo estipula la ley, así como el
aumento de las cuotas de un mayor número de militantes y funcionarios
gubernamentales del partido, ayudó a que el PAN contara con mayores
fondos para ampliar sus actividades y penetrar en la sociedad. De hecho,
la campaña de 1997 del PAN fue caracterizada por un mayor gasto económico
en propaganda y actividades de proselitismo político. 42
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El PAN recibió para 1997, 259,956,828 pesos como financiamiento para actividades
ordinarias permanentes del partido y una cantidad similar para gastos
de campaña. Para actividades específicas, Acción Nacional recibió 7,334,453
pesos. Por considerar que el monto entregado era excesivo, el partido decidió
reintegrar al IFE el 39 del monto autorizado.
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Vol. XX, Núm. x - xxxxx de 2005 • HOMINES •