Relaciones internacionales.indb - HOMINES

LA LUCHA EN CONTRA DEL SIGNIFICADOR TRASCENDENTE...
I. EL IMPULSO HACIA LA “REVISIÓN” DE NUESTRA
INEVITABLE “PRECEDENTE CONCIENCIA HISTÓRICA”
En este trabajo no deseamos dar la impresión de que estamos preparados
para ofrecer una evaluación ni remotamente exhaustiva de la
historiografía del Holocausto. En realidad, desde hace unos años hemos
limitado nuestras lecturas a libros y a artículos de algunos autores accesibles
que, aunque difieren en los aspectos que destacan de la catástrofe en sus
narrativas, nunca han puesto en duda su realidad histórica.
Michael Shermer y Alex Grobman, entre otros, han adoptado el concepto
de “negadores del Holocausto” para hacer referencia únicamente a
aquellos individuos que han optado por impugnar la realidad objetiva de la
Shoah. Según ellos, todo historiador genuino es en principio un “revisionista”
en la medida en que —por adelantar suposiciones sujetas a la falsificación
y acatar las reglas de la ciencia, de la lógica y de la evidencia— está
dispuesto(a) a cambiar de punto de vista o por revisar sus creencias cuando
algún residuo de anomalías no es explicado por su paradigma y otra
postura o hipótesis “salva mejor los fenómenos”. 2 Así pues, los estudiosos
del Holocausto han continuado discutiendo y debatiendo un número de
cuestiones acerca de la Shoah en la medida en que diversas investigaciones
se realizan y nuevos datos o inferencias —especialmente luego de la
caída de la Unión Soviética— son descubiertos. Ellos, no sólo estudian
documentos influidos por una previa “conciencia histórica”, que resulta
ser inevitable, sino que también se aproximan a dichos textos porque están
dispuestos a modificar la misma, si ello fuera necesario. 3 Un ejemplo de
esto son los trabajos del profesor Franciszek Piper, del Departamento de
Estudios del Holocausto del Museo del Estado Auschwitz-Birkenau, quien ha
revisado, independientemente de que el asunto de la cifra exacta sea trivial
cuando de asuntos éticos se trata, el número de las personas asesinadas en
Auschwitz, y ha llegado a la conclusión provisional de que éstas ascienden
a poco más de un millón y no cuatro millones como antes se suponía. 4
También Debórah Dwork y Robert Jan van Pelt, 5 luego de estudiar diversas
“líneas de evidencia” como los planos, las fotografías y las ruinas del
campamento de exterminio Auschwitz-Birkenau, junto a otros documentos
como requisiciones, documentos que justifican acuso de dinero, facturas,
recibos, testimonios de testigos corroborados, confesiones, diarios, cartas
2
Michael Shermer y Alex Grobman, Denying History, Berkeley: University of
California Press, 2000, pp. xv y ss.
3
Karl R. Popper, The Open Society and its Enemies, II, Princeton: Princeton
University Press, 1966, p. 260.
4
Shermer y Grobman, p. xvi.
5
Debórah Dwork y Robert Jan van Pelt, Auschwitz: 1270 To the Present, New
York: W.W. Norton, 1966.
232
Vol. XX, Núm. x - xxxxx de 2005 • HOMINES •