Relaciones internacionales.indb - HOMINES

ANDRÉS VALDEZ ZEPEDA
Coldwell, con las nuevas políticas el PRI “se convirtió en el instrumento
político de neoliberalización, lo que produjo confusión ideológica entre
sus militantes.” De hecho, después de conocerse los resultados electorales
del 2 de julio del 2000, a tono con esta línea de argumentación, varios
priístas han acusado a Ernesto Zedillo y a los llamados tecnócratas de
haber minado al partido al adoptar políticas y posiciones alejadas de las
raíces ideológicas del partido.
La confusión, muchas veces, se transformó en decepción ante las reformas
a los artículos 27 y 130 de la Constitución, los cuales modificaron
los aspectos centrales en la cuestión agraria y la relación Estado-Iglesia,
respectivamente. Las reformas motivaron la oposición de un sector importante
de agraristas y de los laicos, dentro y fuera del partido. Los sectores
afectados por las nuevas políticas económicas, emitieron su voto de protesta
a favor de otros partidos como el PRD, pero en este caso, el PAN fue
el partido que más se favoreció, al constituirse en el único instituto en el
ámbito nacional con potencialidades reales de poder destronar al veterano
y poderoso Revolucionario Institucional, como quedó demostrado en las
elecciones de julio del 2000. Por su parte, la izquierda sigue ocupando,
con la excepción del Distrito Federal y algunas gubernaturas, posiciones
marginales en la arena política nacional.
Con la crisis del Estado interventor en México y con el colapso del bloque
socialista en el ámbito mundial, el proyecto alternativo de la izquierda
mexicana cayó en sus niveles más bajos de desprestigio. Ante la crisis de
identidad y de proyecto de la izquierda mexicana, una parte importante
del electorado tomó la decisión de favorecer al partido históricamente
alternativo al PRI. Este fenómeno se unió al hecho de que durante el
sexenio salinista (1988-1994), el PRD mantuvo una actitud maximalista y
de enfrentamiento directo con el gobierno federal, mientras que el PAN
optó por el diálogo y la concertación política.
Por otro lado, al igual que la gran mayoría de las naciones latinoamericanas,
México fue afectado por la grave crisis que flageló la región
por más de diez años y que algunos autores han denominado la “década
perdida.” 41 Como parte de esta crisis entre 1981 y 1989 el ingreso percápita
del mexicano declinó a un índice de uno por ciento anual en promedio y
los indicadores sociales (vivienda, salud, nutrición y condiciones de vida)
y el campesino mexicano del medio rural) siguieron votando por el PRI, mientras
que las clases media y alta de las áreas urbanas, optaron por apoyar a la
oposición, principalmente al PAN.
41
La crisis económica mexicana inició primeramente en 1976 y después en 1982
y 1985-1986. Entre los años de 1991 a 1993 hubo un periodo breve de recuperación,
pero para diciembre de 1994 la crisis económica retornó acompañada
de una gran devaluación del peso con respecto al dólar, lo que causó grandes
estragos entre amplios sectores de la población.
• HOMINES • Vol. XX, Núm. x - xxxxx de 2005 19