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VULNERABILIDAD Y RESILIENCIA ANTE LAS AMENAZAS COSTERAS...
nivel del mar representa cerca de una milla de recesión en la línea costera
(Earth Policy Institute 2001). Este aparentemente modesto aumento futuro
tendrá impactos sociales y económicos considerables en las zonas costeras
altamente desarrolladas (IPCC 1990). Algunos efectos del aumento en las
temperaturas serán el aumento en la frecuencia e intensidad de tormentas
tropicales y tsunamis, recesión de la línea costera, salinización de acuíferos
y pérdida de ecosistemas costeros(Heskra 1990). En el Caribe, varias
playas en Grenada, Antigua, Bequia, Santa Lucia, San Tomas, Dominica
y San Vicente han experimentado algunos de estos cambios debido a la
convergencia entre la intensidad de las actividades antropogénicas y los
fenómenos atmosféricos (Cambers 1992, Dubois y Towle 1985).
En Puerto Rico, donde el 85% de la población vive aproximadamente
a siete kilómetros de la costa, el problema pudiera ser muy serio. Existe
evidencia del Concilio Nacional de Investigación que indica que el ritmo
en que aumenta el nivel del mar que circunda la isla está acelerando
(National Research Council 1983). Se han encontrado indicios de que
algunas de sus playas pudieran reducirse o desaparecer en un futuro no
muy lejano (Ibíd.).
El indicador más claro de aumento en el nivel del mar es el incremento
en las inundaciones de zonas costeras, particularmente cuando azotan
las marejadas de invierno, las tormentas y los huracanes. Entre el 1989
y el 1998 Puerto Rico se vio afectado por tres huracanes: Hugo (1989),
Hortensia (1996) y Georges (1998), que han ocasionado daños por más de
$2 billones y han afectado la vida de miles de habitantes, particularmente
en municipios costeros como Loíza. Unidos ambos factores, el creciente
aumento en el nivel del mar y la recurrencia de fenómenos atmosféricos,
la situación futura para los asentamientos y las actividades económicas
costeras de la Isla pudiera tornarse catastrófica.
Contrario a las áreas continentales, las islas densamente pobladas
como Puerto Rico no tienen extensión geográfica suficiente para relocalizar
las actividades o poblaciones en peligro. Estas islas dependen, en gran
medida, de la capacidad de su población y sus instituciones para inventar
estrategias de manejo, ajuste o adaptación. El trabajo que presento a
continuación discute los hallazgos más importantes de una investigación
antropológica realizada en el Municipio de Loíza, tomando esta premisa
como punto de partida. Explora, mediante el estudio de impactos, respuestas
y estrategias de manejo, la capacidad de los residentes de Miñi-Miñi
y Piñones para responder a fenómenos naturales recurrentes. Se analizó
específicamente las experiencias con los huracanes Hugo (1989), Hortensia
(1996) y Georges (1998).
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Vol. XX, Núm. x - xxxxx de 2005 • HOMINES •