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ÁLVARO ARCINIEGAS ORTEGA
Precisamente Arciniegas, con ocasión de la anterior visita del Papa Juan
Pablo II a Colombia, acaba de publicar un libro sobre los últimos Papas,
en donde narra con ese ameno sabor sus relatos, sus experiencias como
diplomático en la sede de los Papas y los recuerdos que tiene de ellos, desde
el solemne Cardenal Pacelli, Pío XII, hasta el viajero Juan Pablo II, el
polaco obispo de Cracovia. Arciniegas, durante su permanencia en Roma,
fue un verdadero ratón en la biblioteca del Vaticano y sacó provecho para
sus libros de la historia del Papado, pero también sirvió a los papas que
conoció y de los cuales fue asiduo interlocutor, para explicarles muchos
misterios de la historia y de la idiosincracia de América.
Arciniegas, en su Biografía del Caribe, relata con verdadera fascinación
el descubrimiento y la conquista de este maravilloso archipiélago
caribeño; por eso al venir a Puerto Rico de nuevo, llega a una tierra que
ama y que le es familiar.
Arciniegas parece haber encontrado el elixir de la juventud. Su vida
de investigador serio y de trabajador infatigable ha corrido paralela a su
siglo, que no lo ha podido doblegar, a pesar de su convulsionado impulso.
Al contrario, su figura de asceta, recia como la de sus antepasados vascos,
desafía el tiempo y pretende llegar hasta el 12 de octubre de 1992 para
celebrar con América los quinientos años de su descubrimiento. A este
desafío le ayudará su anhelo de buscar siempre la verdad entre el polvo
de la historia, su temperamento risueño, su especial sentido del humor
con el cual recibe el cotidiano acontecer y, sobre todo, el hecho de ser
siempre joven, cuando lo anima el sentido del deber y la búsqueda de la
verdad, vida risueña y laboriosa como la suya, que ha rechazado de plano
la jubilación y el descanso.
Bienvenido, Germán Arciniegas, caballero y demócrata de América
para inaugurar la Cátedra de América en Puerto Rico, en el recinto solemne
de la Universidad Interamericana de Puerto Rico.
• HOMINES • Vol. XX, Núm. x - xxxxx de 2005 179