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BALTAZARA COLÓN DE ZALDUONDO
A pesar de las dudas, el descontento y las inseguridades que traen las
fuerzas del mercado, este es un viraje histórico propiciado por la pérdida de
fe en la competencia del gobierno para administrar el aspecto económico
y una creciente y renovada apreciación de las capacidades de las fuerzas
del mercado.
El Licenciado Fonalledas ha expresado que el gobierno, en el desempeño
de sus funciones para cumplir con su responsabilidad social, no
tiene que ser obligatoriamente el proveedor directo de los servicios, sino
que puede delegar esas funciones a entidades privadas que ya tienen experiencia
en ese sector. Su recomendación es consistente con lo que ha sido
denominado la estructuración del mercado por el gobierno.
David Osborne, en su libro Reinventando el Gobierno, recomienda el
traslado de la mentalidad del sistema de mercado al sector gubernamental.
Nos habla de “un gobierno más orientado por las fuerzas del mercado”.
¿Qué significa esto
Cuando el gobierno provee incentivos contributivos para influenciar
el gasto corporativo y de los individuos en la dirección de una meta gubernamental
específica, y cuando se utilizan las leyes de zonificación para
orientar el crecimiento de las comunidades, se están aplicando los principios
de mercado.
En más de una forma, ya en Puerto Rico se ha comenzado a trasladar
la mentalidad de mercado al gobierno. La Ley de Municipios Autónomos
fue, sin duda, un paso en esa dirección.
Varios rasgos del mecanismo de mercado pueden ser identificados en
esa acertada decisión.
Primero, la descentralización de las decisiones implica mayor participación
de los que componen el andamiaje gubernamental, de los empresarios
pequeños y grandes y de los ciudadanos y entidades de los 78
municipios.
Segundo, cada una de esas unidades municipales tiene mayor acceso
a la información sobre los deseos, necesidades y preferencias de los ciudadanos,
así como de las del sector empresarial privado.
Tercero, utilizando esa valiosa información se pueden lograr efectos
en las comunidades, involucrando al sector empresarial, para que con los
incentivos materiales que el mercado provee, movilicen los recursos y
produzcan los bienes y servicios necesarios.
Crear más programas que impliquen más sistemas administrativos y
más burocracia no es ya sostenible. El resultado es un crecimiento en el
tamaño del gobierno que añade al costo sin que necesariamente solucione
el problema.
De hecho, si se examina lo que está ocurriendo con el gigantismo de
las corporaciones en el sector empresarial privado en muchos países, se
evidencia un problema que ha sido históricamente ignorado.
• HOMINES • Vol. XX, Núm. x - xxxxx de 2005 269