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Estado y Educación. Luis B. Prieto F..pdf - concursoscultca

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confiemos del valor de esas declaraciones, lo cierto es que en el mundo de<br />

hoy nadie se atreve a negarlas francamente sin suscitar la repulsa de la<br />

humanidad. La lucha mundial contra el fascismo y su condenación tuvo<br />

origen en el estado de conciencia que el sistema de libertades democráticas<br />

había creado y que hicieron aparecer como una monstruosidad esa aberración<br />

política 35 .<br />

Los nuevos derechos sociales positivos, que implican deberes para el<br />

<strong>Estado</strong> y para el individuo, son una resultante de la evolución histórica que<br />

se inició con la tabla de los derechos del hombre y del ciudadano. Esto indica,<br />

como afirma Sergius Hassen, que “la libertad, incluso contra la explotación<br />

no puede lograrse de una vez, sino que es más bien el fruto de un largo<br />

proceso de liberación” 36 .<br />

El derecho a la educación, consignado en la Constitución Mexicana de<br />

35. El Dr. Ambrosio Oropeza, destacado jurista venezolano, que formó parte de las comisiones<br />

que redactaron los proyectos de constituciones de 1947 y 1961 y de la Asamblea<br />

Nacional Constituyente, para demostrar el valor educativo de las normas constitucionales,<br />

aun cuando no se hayan cumplido, dice lo siguiente: “Hay quienes se imaginan que porque<br />

nunca presenciaron en Venezuela, salvo período más reciente una organización del <strong>Estado</strong><br />

sobre la base de respeto a las fórmulas de la Constitución escrita, ninguna influencia ejercieron<br />

en la educación política de nuestro pueblo los numerosos estatutos que se dictaron<br />

por Asambleas dóciles y complacientes a las sugestiones del Poder Ejecutivo, puesto que<br />

tales Constituciones nunca llegaron a cumplirse. Si esta tesis es exacta, no se comprende o<br />

difícilmente se comprende la pervivencia del pensamiento constitucional y legalista de los<br />

fundadores de la República. Pues la verdad es que no ha bastado a destruirlo ni la más elocuente<br />

desilusión que lógicamente debía seguir a cada fracaso de ideales largamente sostenidos<br />

y afirmados como la expresión de una fuerza que emerge poderosa y tenaz de la<br />

Venezuela civil y democrática”. Y más adelante: “De tal modo había trabajado la ideología<br />

democrática en nuestro espíritu nacional, que tuvo energías bastantes para encabezar aquel<br />

movimiento que llevó a la Presidencia de la República al Dr. Vargas en 1835, para sancionar<br />

en 1858 la Constitución de Valencia con su postulado de sufragio universal y para proclamar<br />

en 1860 las Presidencias de Gual y de Tovar”. (Dr. Ambrosio Oropeza. Ob. cit., págs. 8,<br />

9 y 10). Estas afirmaciones del Dr. Oropeza aparecen ampliamente confirmadas con los<br />

acontecimientos recientes de Venezuela. Elaborada la Constitución de 1947 por auténticos<br />

representantes de elección popular, elegidos el gobierno democrático que presidía Rómulo<br />

Gallegos, el hecho de fuerza, si fue capaz de derribar al gobierno, no lo fue de acallar el sentimiento<br />

de inconformidad nacional y la marea creciente del pueblo, que en la resistencia<br />

pugnó por restaurar el orden constitucional interrumpido, dando al traste con la dictadura<br />

en el movimiento del 23 de enero de 1958.<br />

36. Véase Sergius Hessen. Trabajo y obras citadas.<br />

LUIS BELTRÁN PRIETO FIGUEROA 165

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