Estado y Educación. Luis B. Prieto F..pdf - concursoscultca
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frecuentes, debido a una escogencia equivocada, con las inevitables repercusiones<br />
psicológicas que experimenta el individuo, que en los ensayos<br />
pierde el entusiasmo o ancla definitivamente en una profesión sin horizontes,<br />
que agota sus energías espirituales sin proporcionar satisfacción adecuada<br />
al esfuerzo cumplido. Pero tal selección no puede confundirse con la<br />
realizada en una educación de elites, porque ésta se basa en los privilegios,<br />
que son antidemocráticos, mientras que aquí sólo se atiende a las aptitudes,<br />
que pueden distribuirse sin distinción de clases. Tampoco puede decirse<br />
que así se atenta contra los valores individuales, contra los derechos de la<br />
personalidad humana, sino que por el contrario, se vigilan, se toman en<br />
cuenta esos valores para colocarlos en el lugar de sus merecimientos. Para<br />
cumplir a cabalidad esas funciones, como dije en alguna oportunidad, el<br />
<strong>Estado</strong> está en la obligación de diversificar los caminos, a fin de que cada<br />
ciudadano pueda escoger el suyo. Esta diversificación ha de estar en un todo<br />
de acuerdo con las necesidades colectivas y con las propensiones predominantes<br />
en el medio, a fin de que cada quién adquiera la mejor capacitación<br />
para servir eficientemente, de acuerdo con su vocación y aptitudes. Es dispendioso<br />
y simplemente improductivo, seguir un sistema inorgánico de<br />
estudios en el que cada ciudadano, por puro capricho o por insinuación de<br />
los familiares, curse estudios de derecho, cuando tiene aptitudes para médico<br />
o para carpintero, porque así tendremos un mal abogado y perderemos<br />
un buen médico o un excelente carpintero.<br />
En una democracia ordenada y planificada la formación educativa de<br />
los ciudadanos se realiza atendiendo a los requerimientos que el desarrollo<br />
económico y social demandan. No hay desarrollo económico sin formación<br />
profesional adecuada. Son los hombres formados adecuadamente los que<br />
generan riqueza y desarrollo, pero debe entenderse que no es desarrollo la<br />
riqueza producida para un grupo o una casta. El desarrollo va aparejado a la<br />
redistribución del ingreso, tal como acontece en la democracia socialista.<br />
Por otra parte la cultura realiza una función social útil de alcances<br />
generales, y cuando se restringe su acción a pequeños núcleos o elites privilegiadas,<br />
se le esteriliza, pierde sentido y se convierte en una cosa muerta.<br />
Por eso expresaba R. H. Tewney que “la cultura no es un surtido de estéticas<br />
56 EL ESTADO Y LA EDUCACIÓN EN AMÉRICA LATINA