Estado y Educación. Luis B. Prieto F..pdf - concursoscultca
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los medios de producción impone su criterio de clase sobre el resto de la<br />
población.<br />
La democracia exige que cada cual pueda expresar su pensamiento<br />
político y disentir de la orientación que impartan al gobierno los hombres<br />
encargados de la gestión administrativa. Pero esto no quiere decir que la<br />
escuela, como institución educativa, en la cual se organiza la educación<br />
según los lineamientos constitucionales de la República, fijados por la<br />
mayoría en los organismos específicos, pueda convertirse en campos de discordia,<br />
donde cada maestro enseñe lo que quiera y como quiera, porque en<br />
lugar de fomentar la armonía y la solidaridad entre los alumnos y de contribuir<br />
a la unidad de la nación, la escuela se convertiría en una institución<br />
para disolver y confundir.<br />
En una democracia estructurada de acuerdo con los principios del<br />
<strong>Estado</strong> de Derecho, el gobierno estaría colocado por encima de las diferentes<br />
tendencias para propiciar una solución de síntesis, y una vez acordado<br />
en ésta, la impondría compulsivamente a todos. Si no fuera así, carecería de<br />
carácter constitucional el Gobierno y la potestad del <strong>Estado</strong> caería por su<br />
base. Esta es la teoría. La práctica, como hemos visto, es otra cosa.<br />
En la sentencia de la Corte Federal y de Casación a que he aludido<br />
antes, y a la cual me referiré en extenso en otro lugar, se dejó sentado que<br />
“las diferentes agrupaciones en el <strong>Estado</strong> democrático que tienen necesidades,<br />
ideas, tendencias particulares y el interés colectivo que exige soluciones<br />
satisfactorias para la totalidad de los ciudadanos, transfieren al <strong>Estado</strong> la<br />
función educacional de la cual se derivan consecuencias notables, ya que<br />
siendo éste la expresión soberana de la sociedad, su poder, colocado por<br />
encima de los grupos particulares, puede asignar y asigna a la educación<br />
fines generales, de acuerdo con la naturaleza de los individuos, eliminando<br />
las diferencias y sustrayéndolas a las pretensiones parciales, políticas y religiosas<br />
de los diferentes grupos y de los ideales secundarios de sectas o partidos<br />
existentes dentro de la gran comunidad nacional. Sólo así, actuando de<br />
la manera expuesta, es decir, como regulador de todos los grupos en que se<br />
divide la sociedad, es como puede el <strong>Estado</strong> asumir y desempeñar el gran<br />
papel que le corresponde y convertir la lucha en armonía mediante una sín-<br />
50 EL ESTADO Y LA EDUCACIÓN EN AMÉRICA LATINA