Estado y Educación. Luis B. Prieto F..pdf - concursoscultca
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CONSTITUCIONES FRANCESAS DE 1791 A 1793<br />
En Francia, bajo la influencia de las ideas de Talleyrand, en la Constitución<br />
de 1791 se dejó establecido que “será creada y organizada una Institución<br />
Pública, común a todos los ciudadanos, gratuita respecto a las partes de la<br />
enseñanza indispensable para todos los hombres y cuyos establecimientos<br />
serán distribuidos gradualmente en una relación combinada con la división<br />
del reino”, y en la redacción que se dio a la Declaración de los Derechos<br />
del Hombre y del Ciudadano, el 24 de junio de 1793, se decía: “La instrucción<br />
es necesaria a todos. La sociedad debe favorecer con todo su poder los<br />
progresos de la razón pública y poner la instrucción al alcance de todos”<br />
(Art. 22). La escueta formulación de la Constitución revolucionaria de<br />
Francia y de su declaración sobre los derechos del Hombre y del<br />
Ciudadano, contenían todo el idealismo de los hombres de la Revolución,<br />
formulados en discursos y proyectos de alcances que han trascendido hasta<br />
nuestros días y han servido de inspiración a los grandes movimientos renovadores<br />
de la educación en el mundo. En efecto, Mirabeau, Talleyrand,<br />
Condorcet, Robespierre, Lakanal, Lepelletier Danau, dejaron en el “diario<br />
de Debates de la Convención” la impronta de su pensamiento. Se les critica<br />
que se quedaron en proyectos y que nada efectivo hicieron para superar el<br />
caos educativo de Francia en los finales del siglo XVIII.<br />
Mirabeau, a quien sorprendió la muerte en pleno trabajo de la<br />
Convención en 1791, dejó escritos cuatro discursos, o proyectos de discursos,<br />
sobre la educación nacional, que no llegó a pronunciar. En esos<br />
discursos habla de los peligros de la ignorancia. Así decía, para fustigar a<br />
los que explotaban la ignorancia del pueblo: “Los que quieren que el<br />
hombre del pueblo no sepa leer ni escribir, sin duda han formado un patrimonio<br />
con su ignorancia y sus motivos no son difíciles de estimar. Pero<br />
no saben que cuando se ha hecho del hombre un animal bravío, se expone<br />
uno a verlo a cada instante transformado en bestia feroz. Sin luces no<br />
hay moral”.<br />
Pero los inspiradores de los grandes planes educativos fueron<br />
Talleyrand y Condorcet, pues los otros planes sometidos a la Asamblea<br />
LUIS BELTRÁN PRIETO FIGUEROA 93