del aprendizaje
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Evaluación formativa y regulación de<br />
los procesos de <strong>aprendizaje</strong><br />
En el resto de este capítulo, explico cómo el enfoque<br />
de la evaluación formativa aquí descrito se puede<br />
integrar en una perspectiva más amplia sobre el diseño<br />
de la instrucción centrando la atención en la regulación<br />
de los procesos de <strong>aprendizaje</strong> (Perrenoud,<br />
1991; 1998).<br />
Dentro de dicho marco, las acciones <strong>del</strong> docente, los<br />
alumnos y el contexto de la clase se pueden evaluar<br />
con respecto a qué tan bien procede el <strong>aprendizaje</strong><br />
previsto hacia la meta prevista. Como Schneider<br />
y Stern (este volumen) señalaron, los docentes no<br />
crean el <strong>aprendizaje</strong>; solamente los alumnos pueden<br />
hacer esto, por lo que muchos han solicitado un<br />
cambio en el rol <strong>del</strong> docente de sabio distante a guía<br />
cercano. El peligro de tal caracterización es que a menudo<br />
esto se interpreta como relevar al docente de<br />
la responsabilidad de asegurar que el <strong>aprendizaje</strong> se<br />
lleve a cabo. Lo que propongo aquí es que se vea al<br />
docente como el responsable <strong>del</strong> diseño y el funcionamiento<br />
de un ambiente de <strong>aprendizaje</strong>.<br />
Un entorno de <strong>aprendizaje</strong> eficaz hace que el estudiante<br />
se involucre y esté bien regulado. Tal como<br />
demuestra el cada vez más abundante cuerpo de investigación<br />
sobre el desarrollo cognitivo, el nivel de<br />
participación en ambientes de <strong>aprendizaje</strong> que desafíen<br />
la cognición influye no sólo en el logro, sino también<br />
en el cociente intelectual en sí mismo (Dickens y<br />
Flynn, 2001; Mercer, Dawes, Wegerif y Sams, 2004).<br />
Así como deben fomentar la participación, los ambientes<br />
de <strong>aprendizaje</strong> eficaces han de ser diseñados de<br />
modo que ofrezcan o apoyen el <strong>aprendizaje</strong> previsto<br />
tanto como sea posible (“regulación proactiva”). Si el<br />
<strong>aprendizaje</strong> previsto no se lleva a cabo, esto se debe<br />
hacer evidente para que se puedan hacer los ajustes<br />
apropiados (“regulación interactiva”). Por último,<br />
también es posible que los docentes participen en<br />
la “regulación retroactiva”; por ejemplo, cuando un<br />
docente se da cuenta, gracias a su experiencia con<br />
otros grupos de estudiantes, de que una secuencia<br />
concreta de la instrucción se puede mejorar para un<br />
grupo concreto de estudiantes.<br />
La regulación proactiva se alcanza yendo en sentido<br />
contrario de la lección en sí misma (es decir, antes<br />
de que comience la lección). La regulación puede<br />
darse sin mediación, como cuando, por ejemplo, un<br />
docente “no interviene en persona, sino que utiliza<br />
una ‘cultura metacognitiva’, formas compartidas de<br />
enseñanza y la organización de la regulación de los<br />
procesos de <strong>aprendizaje</strong> mediante la tecnología o de<br />
manera incorporada en la organización y la gestión<br />
de la clase” (Perrenoud, 1998:100). Por ejemplo, la<br />
decisión de un docente de utilizar contextos realistas<br />
en matemáticas puede proporcionar una fuente de<br />
regulación, puesto que los estudiantes podrán evaluar<br />
cuán razonables son sus respuestas. Que un docente<br />
desarrolle en los estudiantes las capacidades<br />
para consultar y apoyarse mutuamente de manera<br />
productiva es un ejemplo de regulación proactiva.<br />
Otras veces, particularmente cuando es difícil<br />
predecir cómo responderán los estudiantes a las<br />
actividades de instrucción, puede ser más apropiado<br />
regular el <strong>aprendizaje</strong> recíprocamente —por ejemplo,<br />
elaborando preguntas, sugerencias o actividades que<br />
produzcan respuestas por parte de los estudiantes<br />
que el docente pueda utilizar para determinar el<br />
progreso <strong>del</strong> <strong>aprendizaje</strong> y, en caso de ser necesario,<br />
hacer ajustes. A menudo, estas preguntas o<br />
sugerencias serán abiertas, lo que requiere un<br />
pensamiento complejo —de hecho, tales preguntas<br />
son esenciales para crear ambientes de <strong>aprendizaje</strong><br />
que fomenten la participación <strong>del</strong> estudiante. Pero<br />
también las preguntas cerradas tienen un rolen esto.<br />
“¿Es el cálculo exacto o aproximado?” “¿Cuál es el<br />
La naturaleza <strong>del</strong> <strong>aprendizaje</strong>: Usando la investigación para inspirar la práctica 127