del aprendizaje
2aGaJxc
2aGaJxc
You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
general y en las escuelas en particular (OCDE, 2000).<br />
Normalmente tienen un uso pobre de las cuatro<br />
“bombas de innovación” clave —conocimiento de<br />
investigación, creación de redes, reestructuración<br />
modular y avance tecnológico— (OCDE, 2004). Cada<br />
vez más, estas diferentes fuentes de cambio dinámico<br />
se entienden y abordan mejor, ya sea a través de la<br />
creación de redes (p. ej., OCDE, 2003) o de medios<br />
intermediarios de acceso al conocimiento, que<br />
hacen accesible de diversas formas el conocimiento<br />
de investigación a los profesionales (OCDE, 2007),<br />
mientras que existe un análisis de largo aliento sobre<br />
la tecnología en la educación [ver el reciente trabajo<br />
de la OCDE sobre los recursos digitales (OCDE,<br />
2009a) y el uso de la tecnología en las escuelas<br />
(OCDE, 2010a)].<br />
La mejora de los mecanismos de gestión <strong>del</strong> conocimientoen<br />
este contexto consiste especialmente<br />
en proporcionar estructuras, mecanismos e incentivos<br />
con el fin de dejar atrás la figura <strong>del</strong> docente que<br />
continuamente tiene que ”redescubrir la rueda” para<br />
sí mismo, y pasar a tener docentes bien informados<br />
sobre las prácticas innovadoras que ya se aplican y<br />
sus puntos fuertes o débiles. La innovación tiene un<br />
doble reto: por un lado, crear una mayor innovación<br />
sistémica en los sistemas educativos y por el otro,<br />
asegurarse de que las competencias que sustentan<br />
la innovación en la sociedad y la economía en general<br />
se desarrollen de manera más sistemática a través de<br />
la educación (OCDE, 2010b). Esto es de gran relevancia<br />
para los temas tratados en este volumen y para<br />
las orientaciones para el cambio que se resumen en<br />
este capítulo, porque se aboga por un impulso innovador<br />
fundamental en la mayoría de los sistemas<br />
educativos.<br />
No se trata simplemente de fomentar la innovación<br />
por sí misma —”dejar que florezcan mil flores”—, sino<br />
de fomentarla con el fin de conseguir como norma<br />
los principios tan exigentes que hemos elaborado<br />
anteriormente. Las ‘rutinas” descritas por Resnick,<br />
Spillane, Goldman y Rangel como medio de siembra<br />
y propagación de la innovación (metáforas biológicas<br />
potentes), se distinguen por estar centradas en la<br />
naturaleza <strong>del</strong> <strong>aprendizaje</strong> en sí mismo y no en otro<br />
aspecto <strong>del</strong> funcionamiento de la organización más<br />
alejado de los estudiantes y el <strong>aprendizaje</strong>.<br />
Se ha hecho mucho para abordar las debilidades<br />
de la gestión <strong>del</strong> conocimiento en la educación en<br />
los últimos años, lo que reaviva el debate sobre los<br />
vínculos, a menudo débiles, entre la investigación<br />
sobre el <strong>aprendizaje</strong>, por un lado, y la práctica y<br />
la política, por el otro, que es donde inició este<br />
volumen (la “gran desconexión” a que se refiere De<br />
Corte, citando a Berliner [2008]). Queda mucho por<br />
hacer para reunir estos tres mundos. Con mucha<br />
frecuencia, la investigación aborda problemas o se<br />
produce en unos formatos y un lenguaje que no<br />
pueden aplicar quienes trabajan en la educación.<br />
Asimismo, en un mundo donde la política y la práctica<br />
están destinadas cada vez más a estar ‘basadas en la<br />
evidencia” (aunque estar ‘basadas en la evidencia”<br />
puede estar en gran parte fuera de su alcance dada<br />
la enorme complejidad de la educación) es necesario<br />
tomar mucho más en serio la evidencia sobre la<br />
naturaleza <strong>del</strong> <strong>aprendizaje</strong> como se abordó en este<br />
volumen. Esta evidencia debería utilizarse para<br />
ayudar a rediseñar los ambientes de <strong>aprendizaje</strong> y<br />
conformar los programas de políticas encaminadas a<br />
incrementar la calidad y la equidad educativas.<br />
Varios de los autores sugieren, más o menos<br />
directamente, que las estructuras y prácticas que<br />
inhiben la posibilidad de tomarse un tiempo para<br />
aprender profundamente, así como los que inhiben<br />
la práctica interdisciplinaria o desalientan los<br />
enfoques basados en la indagación o basados en la<br />
comunidad, deben ser reexaminados. Esto se aplica<br />
La naturaleza <strong>del</strong> <strong>aprendizaje</strong>: Usando la investigación para inspirar la práctica 241