del aprendizaje
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El ambiente de <strong>aprendizaje</strong> se basa en la naturaleza<br />
social <strong>del</strong> <strong>aprendizaje</strong> y fomenta activamente<br />
el <strong>aprendizaje</strong> cooperativo bien organizado.<br />
“El <strong>aprendizaje</strong> eficaz no es una actividad que<br />
se desarrolla puramente de manera individual,<br />
sino esencialmente una actividad distribuida”: “la<br />
construcción individual <strong>del</strong> conocimiento tiene<br />
lugar a través de la interacción, la negociación y la<br />
cooperación” (De Corte). La neurociencia también ha<br />
demostrado que el cerebro humano está preparado<br />
para la interacción (Hinton y Fischer). La interacción<br />
y la cooperación no sólo significan la interacción<br />
cara a cara, sino que hoy en día a menudo implican<br />
a estudiantes que trabajan juntos a distancia en<br />
proyectos de cooperación utilizando las posibilidades<br />
que ofrecen la tecnología de la información y las<br />
comunicaciones y recursos digitales.<br />
El trabajo en grupo cooperativo, debidamente organizado<br />
y estructurado, puede ser enormemente beneficioso<br />
para el desempeño, así como para los resultados<br />
conductuales y afectivos (Slavin; Barron y<br />
Darling-Hammond). Slavin observa, sin embargo, que<br />
muchos docentes consideran los métodos cooperativos<br />
esencialmente no estructurados, un malentendido<br />
que ayuda a explicar por qué los enfoques de<br />
<strong>aprendizaje</strong> cooperativo que funcionan, permanecen<br />
al margen de gran parte de la actividad de la escuela<br />
a pesar de la base robusta de evidencia en su favor.<br />
Wiliam propone “activar a los estudiantes como recursos<br />
de instrucción recíprocos” como una de las<br />
cinco estrategias clave que definen la evaluación<br />
formativa, lo cual ha demostrado ser esencial para<br />
la buena enseñanza. El impacto positivo de la cooperación<br />
en el fortalecimiento de vínculos entre los<br />
estudiantes de diversos orígenes es también uno de<br />
los argumentos a favor <strong>del</strong> <strong>aprendizaje</strong>-servicio en la<br />
comunidad (Furco).<br />
La capacidad de cooperar es un resultado valioso en<br />
sí mismo y debe fomentarse, independientemente<br />
de su impacto en los resultados obtenidos. La<br />
cooperación ocupa un lugar destacado en las<br />
competencias <strong>del</strong> siglo XXI que examinamos en el<br />
capítulo 1 y que contempla otro de los autores (p. ej.,<br />
Barron y Darling-Hammond). Cuando la cooperación<br />
toma la forma de, por ejemplo, la resolución colectiva<br />
de problemas o proyectos de trabajo, reproduce<br />
situaciones a las que un joven se enfrentará a lo largo<br />
de su vida. Si el <strong>aprendizaje</strong> escolar está dominado<br />
por personas que trabajan copiando, estas personas<br />
saldrán mal preparadas para la vida económica y<br />
social contemporánea. Esto es particularmente difícil<br />
en los sistemas de evaluación, ya que necesitan tanto<br />
reconocer y comunicar los logros individuales, como<br />
promover en lugar de impedir el <strong>aprendizaje</strong> positivo<br />
y la innovación (Looney, 2009).<br />
La capacidad de cooperar<br />
es un resultado valioso en sí<br />
mismo y debe fomentarse,<br />
independientemente de su impacto<br />
en los resultados obtenidos.<br />
La naturaleza <strong>del</strong> <strong>aprendizaje</strong>: Usando la investigación para inspirar la práctica 227