del aprendizaje
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Otros estudios con adolescentes y adultos han demostrado<br />
que los conocimientos previos específicos<br />
de un ámbito figuran entre los determinantes más importantes<br />
<strong>del</strong> <strong>aprendizaje</strong> posterior (Schneider, Grabner<br />
y Paetsch, en prensa). Los conocimientos previos<br />
en un ámbito generalmente predicen la competencia<br />
futura en ese ámbito incluso mejor que la inteligencia<br />
(Stern, 2001). La importancia de los conocimientos<br />
previos no se limita a ámbitos de contenido específicos.<br />
Incluso el <strong>aprendizaje</strong> en ámbitos formales,<br />
como las matemáticas o el ajedrez, depende en gran<br />
medida de los conocimientos previos (Grabner, Stern<br />
y Neubauer, 2007; Vosniadou y Verschaffel, 2004).<br />
Varios estudios han encontrado interacciones entre<br />
los conocimientos previos de los estudiantes y los<br />
procesos de <strong>aprendizaje</strong> en varias disciplinas académicas,<br />
como la Física, la Astronomía, la Biología, la<br />
Evolución, la Medicina y la Historia (Vosniadou, 2008).<br />
Los conocimientos previos de los estudiantes provienen<br />
de varios contextos formales e informales,<br />
incluyendo observaciones <strong>del</strong> día a día, pasatiempos,<br />
medios de comunicación, amigos, padres y la enseñanza.<br />
Los estudiantes tienen padres diferentes, utilizan<br />
medios de comunicación diferentes y tienen intereses<br />
diferentes. Por lo tanto, incluso los estudiantes<br />
de una misma clase pueden poseer conocimientos<br />
previos sumamente distintos. Esto requiere que los<br />
docentes adapten su enseñanza no sólo al nivel de<br />
competencia de sus clases, sino también a los conocimientos<br />
previos individuales de sus estudiantes.<br />
Puesto que estos conocimientos cambian durante<br />
la instrucción, los docentes deben determinar<br />
y diagnosticar continuamente los conocimientos de<br />
los niños durante la clase. Este enfoque difiere sustancialmente<br />
de la práctica tradicional, que primero<br />
enseña un tema y solo entonces determina el conocimiento<br />
de los niños en una prueba final (Pellegrino,<br />
Chudowsky y Glaser, 2001).<br />
Recientemente, los investigadores en educación han<br />
desarrollado un número de herramientas y técnicas<br />
para determinar los conocimientos de los estudiantes<br />
durante la enseñanza en curso (la tan conocida<br />
“evaluación formativa”; p. ej., Angelo y Cross, 1993;<br />
Wiliam, este volumen). Todos los docentes deberían<br />
conocer los métodos de diagnóstico apropiados para<br />
su asignatura y grupo de edad. Es también importante<br />
ver las equivocaciones que cometen los estudiantes<br />
como muestra de la construcción <strong>del</strong> conocimiento<br />
en curso y utilizar dichos errores para diagnosticar<br />
estos procesos (Stigler y Hiebert, 1999).<br />
3. El <strong>aprendizaje</strong> requiere la integración de<br />
estructuras de conocimiento<br />
El hecho de que el conocimiento de los estudiantes<br />
proviene de una amplia variedad de fuentes da lugar<br />
a otro problema: a menudo los alumnos no pueden<br />
ver las relaciones abstractas entre los conocimientos<br />
adquiridos en situaciones superficialmente diversas<br />
(diSessa, 1988). Por ejemplo, cuando los niños oyen<br />
que la tierra es una esfera pero no entienden cómo<br />
esto se relaciona con sus conocimientos previos,<br />
puede ser que simplemente asuman que existen<br />
dos tierras —la tierra plana en que se encuentran y<br />
una tierra esférica que flota en el cielo por encima de<br />
ellos— (Vosniadou y Brewer, 1992). Este fenómeno<br />
se ha observado también en otros grupos de edad<br />
y esferas de contenido. Cuando los niños ya poseen<br />
conceptos incorrectos en una materia y el concepto<br />
correcto se les enseña sin ligarlo a sus conocimientos<br />
previos, pueden retener simultáneamente conceptos<br />
correctos e incorrectos sin ni siquiera darse<br />
cuenta de la contradicción. El niño activará uno de<br />
los dos conceptos dependiendo de la naturaleza de<br />
una situación (p. ej., por un lado en conversaciones<br />
diarias con sus amigos cualquier día y por otro en las<br />
pruebas escolares) (Taber, 2001).<br />
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