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Cementerio de animales - Stephen King

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Estableció una rutina que le llevaba <strong>de</strong> la cama <strong>de</strong> Ellie al sofá y <strong>de</strong>l sofá al plato.<br />

Nunca salía <strong>de</strong> casa. Ahora, muerto, se parecía al viejo Church. La boca,<br />

pequeña y ensangrentada, llena <strong>de</strong> dientecitos como alfileres, estaba abierta en<br />

una mueca pen<strong>de</strong>nciera. Los apagados ojos parecían furiosos. Era como si, tras<br />

la abulia <strong>de</strong> su breve existencia <strong>de</strong> castrado, en el momento <strong>de</strong> su muerte, Church<br />

hubiera recobrado su verda<strong>de</strong>ra naturaleza.<br />

—Sí, es Church —dijo Louis—. Maldito si sé cómo darle la noticia a Ellie.<br />

Se le ocurrió una i<strong>de</strong>a. Enterraría a Church arriba, en Pet Sematary, pero sin<br />

estela ni bobadas. Aquella noche, cuando hablaran por teléfono, no diría nada a<br />

Ellie acerca <strong>de</strong> Church, mañana mencionaría <strong>de</strong> pasada que no había visto al<br />

gato en todo el día, y pasado insinuaría que tal vez Church se había ido. Algunos<br />

gatos hacían eso. Ellie se llevaría un disgusto, sí, pero no se lo plantearía como<br />

algo irremediable y <strong>de</strong>finitivo… Él no tendría que volver a enfrentarse con la<br />

negativa actitud <strong>de</strong> Rachel frente a la muerte…, y poco a poco se olvidarían <strong>de</strong>l<br />

animal…<br />

« Cobar<strong>de</strong>» , sentenció una parte <strong>de</strong> su mente.<br />

« Sí… no lo discuto. Pero ¿<strong>de</strong> qué iba a servir armar alboroto?» .<br />

—Ellie quiere mucho al gato, ¿no? —preguntó Jud.<br />

—Sí —dijo Louis, ausente. Volvió a mover la cabeza <strong>de</strong> Church. El animal<br />

empezaba a estar rígido, pero la cabeza le bailaba. El cuello roto. Eso. Ahora<br />

Louis creía po<strong>de</strong>r adivinar lo sucedido. Church estaría cruzando la carretera —el<br />

motivo sólo Dios lo sabía—, cuando un coche o un camión, <strong>de</strong> un topetazo, le<br />

rompió el cuello y lo lanzó al jardín <strong>de</strong> Jud Crandall. O quizá el animal se había<br />

partido el cuello al caer sobre el hielo. Eso carecía <strong>de</strong> importancia; lo cierto era<br />

que Church estaba muerto.<br />

Louis levantó la cabeza hacia Jud, pero el viejo miraba la pálida franja<br />

anaranjada <strong>de</strong>l horizonte. Tenía la capucha ligeramente echada hacia atrás y su<br />

rostro estaba pensativo, severo, casi hosco.<br />

Louis sacó <strong>de</strong>l bolsillo la bolsa <strong>de</strong> plástico ver<strong>de</strong> y la <strong>de</strong>sdobló, sosteniéndola<br />

con fuerza para que el viento no se la arrancara <strong>de</strong> las manos. El penetrante<br />

crujido <strong>de</strong>l plástico sacó a Jud <strong>de</strong> su abstracción.<br />

—Sí, estoy seguro <strong>de</strong> que le quiere mucho.<br />

Resultaba extraño oírle hablar en presente… Toda la escena, con la luz <strong>de</strong>l<br />

crepúsculo, el frío y el viento parecía extraña y rocambolesca.<br />

« Aquí está Heathcliff, en el páramo <strong>de</strong>solado <strong>de</strong> Cumbres Borrascosas —<br />

pensó Louis contray endo la cara contra el viento—. Ahora se dispone a meter al<br />

gato <strong>de</strong> la familia en una bolsa <strong>de</strong> basura. Sí, señor» .<br />

Agarró al animal por la cola, abrió la bolsa y levantó al gato. Frunció el<br />

entrecejo con expresión <strong>de</strong> repulsión y pena al oír el sonido que hizo el cuerpo<br />

<strong>de</strong>l gato al <strong>de</strong>spren<strong>de</strong>rse <strong>de</strong>l hielo al que había adherido… crrrass. El animal

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