03.06.2019 Views

Cementerio de animales - Stephen King

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

arahúnda» .<br />

Volvía a sentir en la garganta aquella risa inoportuna, y consiguió ahogarla.<br />

¿Había pronunciado realmente las palabras Pet Sematary el tal Pascow? ¿Le<br />

había llamado realmente por su nombre? Esto era lo que le tenía trastornado, lo<br />

que le había hecho salirse <strong>de</strong> su órbita. Pero su cerebro parecía estar y a<br />

envolviendo aquellos momentos en una película protectora, esculpiendo,<br />

retocando, sustituy endo. Sin duda, había dicho otra cosa (si realmente había<br />

hablado) y, con la impresión y los nervios <strong>de</strong>l momento, Louis había entendido<br />

mal. Lo más probable era que Pascow sólo hubiera articulado sílabas<br />

incoherentes, tal como pensó al principio.<br />

Louis trató <strong>de</strong> reaccionar, buscando en sí aquella personalidad que indujo a la<br />

junta <strong>de</strong> la universidad a elegirle a él entre los cincuenta y tres candidatos a la<br />

plaza. Allí faltaba alguien que tomara la iniciativa. La sala estaba llena <strong>de</strong> gente<br />

aturullada.<br />

—Steve, dale un tranquilizante a esa chica —dijo. Al oír su propia voz empezó<br />

a sentirse mejor. Era como si estuviera en una nave espacial y acabaran <strong>de</strong><br />

encen<strong>de</strong>rse los cohetes para <strong>de</strong>spegar <strong>de</strong> un minúsculo asteroi<strong>de</strong>. Y el asteroi<strong>de</strong><br />

era, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> luego, el momento en el que Pascow había hablado. Louis había sido<br />

contratado para dirigir aquello. Y eso se proponía hacer.<br />

—Joan, una manta.<br />

—Doctor, no hemos hecho inventario…<br />

—Traiga esa manta <strong>de</strong> todos modos. Luego vay a a ver qué tiene la aspirante.<br />

—Miró a la otra muchacha, que seguía sosteniendo un extremo <strong>de</strong> la camilla.<br />

Miraba el cuerpo <strong>de</strong> Pascow como si estuviera hipnotizada—. ¡Señorita! —gritó<br />

Louis ásperamente, y ella apartó los ojos <strong>de</strong>l cadáver.<br />

—¿Qu… qu…?<br />

—¿Cómo se llama su compañera?<br />

—¿Qu… quién?<br />

—La que vomita —dijo él con <strong>de</strong>liberada ru<strong>de</strong>za.<br />

—Ju… Ju… Judy. Judy DeLessio.<br />

—¿Y usted?<br />

—Carla. —La muchacha parecía un poco más tranquila.<br />

—Carla, vay a a ver cómo está Judy. Y traiga la manta. Encontrará un<br />

montón <strong>de</strong> ellas en el armario pequeño <strong>de</strong> la sala <strong>de</strong> reconocimientos Uno.<br />

Ahora, si son tan amables, salgan todos. Un poco <strong>de</strong> profesionalidad, por favor.<br />

Los <strong>de</strong>más se pusieron en movimiento. Al poco, cesaron los gritos en la<br />

habitación contigua. El teléfono, que había enmu<strong>de</strong>cido, volvió a sonar. Louis<br />

oprimió el botón <strong>de</strong> espera sin <strong>de</strong>scolgar.<br />

El <strong>de</strong> más edad <strong>de</strong> los dos agentes parecía más sereno, y a él le preguntó<br />

Louis:<br />

—¿A quién hay que dar parte? ¿Pue<strong>de</strong> facilitarme una lista?

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!