03.06.2019 Views

Cementerio de animales - Stephen King

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

62<br />

Steve Masterton dobló la curva que quedaba frente a la casa <strong>de</strong> Louis y<br />

enseguida vio el humo. Pero no salía <strong>de</strong> casa <strong>de</strong> Louis, sino <strong>de</strong> enfrente, don<strong>de</strong><br />

vivía el vejestorio.<br />

Venía porque estaba preocupado por Louis, muy preocupado. Miss Charlton<br />

le había hablado <strong>de</strong> la llamada <strong>de</strong> Rachel, y él empezó a hacer cábalas acerca <strong>de</strong><br />

lo que pudiera estar planeando Louis.<br />

Era una preocupación vaga, pero persistente. No estaría tranquilo hasta<br />

cerciorarse <strong>de</strong> que todo estaba bien… Todo lo bien que cabía esperar, dadas las<br />

circunstancias.<br />

El tiempo primaveral había vaciado la enfermería como por arte <strong>de</strong> magia, y<br />

Surrendra le dijo que podía marcharse, que él se encargaría <strong>de</strong> lo que se<br />

presentara. Y Steve había montado en su Honda que tuvo hibernando en el garaje<br />

hasta el fin <strong>de</strong> semana anterior, y puesto rumbo a Ludlow. Tal vez apretaba la<br />

moto un poco más <strong>de</strong> lo estrictamente necesario, pero la inquietud no le<br />

abandonaba; era algo que le roía el estómago. Y luego estaba la absurda<br />

sensación <strong>de</strong> que iba a llegar tar<strong>de</strong>. Era estúpido, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> luego, pero no conseguía<br />

dominar un hormigueo parecido al que sintió el otoño anterior, cuando ocurrió lo<br />

<strong>de</strong> Pascow: era casi como un chasco. Steve no era hombre religioso, ni mucho<br />

menos (en la universidad fue socio <strong>de</strong> la Sociedad Atea durante dos semestres y<br />

si se borró fue porque el tutor le dijo —confi<strong>de</strong>ncialmente, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> luego— que<br />

ello podía mermar sus posibilida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> conseguir una beca), pero reconocía que<br />

estaba tan sujeto como cualquier otro mortal a esas condiciones biológicas o<br />

biorrítmicas que podían interpretarse como presentimientos, y <strong>de</strong> algún modo la<br />

muerte <strong>de</strong> Pascow pareció marcar la pauta para todo el año. Que no había sido<br />

bueno precisamente. Dos parientes <strong>de</strong> Surrendra habían sido encarcelados en su<br />

país por cuestiones políticas, y Surrendra le había dicho que seguramente uno <strong>de</strong><br />

ellos —un tío al que quería mucho— y a habría muerto. Surrendra lloraba al<br />

<strong>de</strong>círselo, y las lágrimas <strong>de</strong> aquel indio, <strong>de</strong> ordinario tan jovial, impresionaron<br />

profundamente a Steve. Y la madre <strong>de</strong> Miss Charlton había sufrido una<br />

mastectomía radical, y la enérgica enfermera-jefe no se sentía muy optimista<br />

respecto a las posibilida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> su madre <strong>de</strong> no sufrir una recaída. El propio Steve<br />

había asistido a cuatro entierros <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la muerte <strong>de</strong> Pascow; una cuñada, muerta<br />

en acci<strong>de</strong>nte <strong>de</strong> carretera; un primo, electrocutado al intentar subir a un poste <strong>de</strong><br />

la electricidad por una apuesta; un abuelo, y el chico <strong>de</strong> Louis, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> luego.<br />

Steve apreciaba sinceramente a Louis y quería asegurarse <strong>de</strong> que estaba<br />

bien. Últimamente había pasado un infierno. Al ver el humo, lo primero que<br />

pensó fue: otra cosa que agra<strong>de</strong>cer a Víctor Pascow que, al morir parecía haber

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!