03.06.2019 Views

Cementerio de animales - Stephen King

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

<strong>de</strong>l fino colchón. Por lo menos, la cama tenía puestas las sábanas y no sería<br />

necesario hacerla <strong>de</strong>l todo. Sacó dos mantas <strong>de</strong>l estante <strong>de</strong>l armario <strong>de</strong>l recibidor<br />

y las extendió. Ya había empezado a <strong>de</strong>snudarse cuando se quedó en suspenso.<br />

« ¿Te parece que Church ha vuelto a entrar? Muy bien. Entonces, echa un<br />

vistazo. No estará <strong>de</strong> más. Y al comprobar que todos los pestillos están echados<br />

no te expones ni a pillar un virus» .<br />

Hizo una concienzuda ronda por toda la planta baja, repasando puertas y<br />

ventanas. Todo estaba perfectamente y a Church no se le veía por ninguna parte.<br />

—Muy bien —dijo—. A ver si entras ahora, gato imbécil. —Mentalmente,<br />

hizo votos para que al gato se le congelasen las bolas. Claro que y a no las tenía.<br />

Apagó las luces y se metió en la cama. El travesaño empezó a clavársele casi<br />

inmediatamente, y Louis ya estaba pensando que iba a pasar la noche en vela<br />

cuando se quedó dormido. Se durmió <strong>de</strong> lado, incómodo en la cama auxiliar,<br />

pero cuando <strong>de</strong>spertó estaba…<br />

« … en el cementerio micmac. Esta vez estaba solo. Había matado a Church<br />

con sus propias manos y ahora quería hacerle resucitar <strong>de</strong> nuevo. Dios sabría por<br />

qué; Louis, no, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> luego. Pero esta vez lo había enterrado más profundamente<br />

y Church no podía salir. Louis le oía maullar bajo tierra. Sonaba como el llanto <strong>de</strong><br />

un niño. Los maullidos, salían por los poros <strong>de</strong> la tierra pedregosa, y también el<br />

olor, aquel tufillo agridulce a putrefacción. Sólo <strong>de</strong> respirarlo sentía una opresión<br />

en el pecho, un peso» .<br />

« Y el llanto…, el llanto…» .<br />

… el llanto continuaba…<br />

… y el peso le oprimía el pecho.<br />

—¡Louis! —Era Rachel, y parecía alarmada—. Louis, corre, sube.<br />

Más que alarmada, parecía asustada. Y el llanto era espasmódico, <strong>de</strong> alguien<br />

que se ahogaba. Era Gage.<br />

Louis abrió los ojos y vio ante sí los amarillentos ojos <strong>de</strong> Church. Estaban a<br />

menos <strong>de</strong> diez centímetros <strong>de</strong> los suyos. Tenía el gato enroscado encima <strong>de</strong>l<br />

pecho, robándole el aliento, como en los cuentos <strong>de</strong> viejas. El animal <strong>de</strong>spedía su<br />

olor en lentas y nauseabundas vaharadas. Estaba ronroneando.<br />

Louis lanzó un grito <strong>de</strong> sorpresa y asco y levantó las manos en instintivo<br />

a<strong>de</strong>mán <strong>de</strong> <strong>de</strong>fensa. Church se tiró <strong>de</strong> la cama aterrizando <strong>de</strong> costado y se alejó<br />

con su torpe contoneo.<br />

« ¡Dios, oh, Dios, si lo tenía encima! ¡Encima <strong>de</strong> mí, Dios mío!» .<br />

No habría sido may or el asco si se hubiera <strong>de</strong>spertado con una araña en la<br />

boca. Pensó que iba a vomitar.<br />

—¡Louis!<br />

Apartó la ropa <strong>de</strong> la cama y fue hacia la escalera tambaleándose. Del<br />

dormitorio salía una luz tenue. Rachel estaba en el <strong>de</strong>scansillo, en camisón.<br />

—Louis, está vomitando otra vez… Y se ahoga… Tengo miedo.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!