03.06.2019 Views

Cementerio de animales - Stephen King

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

—Jud…<br />

—No hagas preguntas, Louis. Acepta los hechos y déjate llevar por tu<br />

corazón.<br />

—Pero…<br />

—Pero nada. Acepta los hechos, Louis, y déjate llevar por tu corazón. Esta<br />

vez lo que hemos hecho está bien… Por lo menos, así lo espero por mi vida…<br />

Otra vez pue<strong>de</strong> estar rematadamente mal.<br />

—¿No me contestarás ni a una pregunta?<br />

—Según lo que sea.<br />

—¿Cómo conociste ese sitio? —La pregunta se le ocurrió durante el regreso,<br />

al especular sobre si el propio Jud no tendría sangre micmac, aunque no lo<br />

parecía; su aspecto no podía ser más anglosajón.<br />

—Anda, pues por Stanny B. —dijo Jud con gesto <strong>de</strong> sorpresa.<br />

—¿Él te habló <strong>de</strong>l cementerio?<br />

—No —dijo Jud—. No es un lugar <strong>de</strong>l que uno habla por las buenas. Allí<br />

enterré y o, cuando tenía diez años, a mi perro « Spot» que se arañó con un<br />

alambre <strong>de</strong> espino oxidado mientras perseguía a un conejo. La herida se infectó<br />

y lo mató.<br />

Allí había algo que no encajaba con lo que Louis había oído antes; pero el<br />

cansancio no le permitía pensar con claridad. Jud no dijo más, sólo le miraba con<br />

sus impenetrables ojos <strong>de</strong> anciano.<br />

—Buenas noches, Jud.<br />

—Buenas noches.<br />

El anciano cruzó la carretera cargado con el pico y la pala.<br />

—¡Gracias! —gritó impulsivamente Louis.<br />

Jud no volvió la cabeza; sólo levantó una mano, para indicar que le había oído.<br />

De pronto, en la casa, empezó a sonar el teléfono.<br />

Louis echó a correr haciendo una mueca por el dolor que se le <strong>de</strong>spertó en<br />

muslos y ca<strong>de</strong>ras; pero cuando entró en la cal<strong>de</strong>ada cocina, el aparato había<br />

llamado y a seis o siete veces y, en el momento en que Louis le puso la mano<br />

encima, enmu<strong>de</strong>ció. Él contestó a pesar <strong>de</strong> todo, pero sólo se oía el zumbido <strong>de</strong> la<br />

señal para marcar.<br />

« Era Rachel —pensó—. Ahora mismo la llamo» .<br />

Pero <strong>de</strong> repente le parecía un trabajo excesivo tener que marcar,<br />

intercambiar unas envaradas frases con la madre —o, peor aún, con el padre<br />

esgrimidor <strong>de</strong> talonarios—, esperar a que se pusiera Rachel…, y luego Ellie.<br />

Porque la niña aún estaría levantada; era una hora antes en Chicago. Y Ellie le<br />

preguntaría por Church.<br />

« Está divinamente. Lo atropelló un camión <strong>de</strong> la Orinco. No sé por qué,<br />

estoy seguro <strong>de</strong> que ha sido un Orinco. Si no, sería una incongruencia, no sé si me<br />

entien<strong>de</strong>s. ¿Que no? Bueno, no importa. Murió en el acto, pero no quedó

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!