03.06.2019 Views

Cementerio de animales - Stephen King

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

como solía hacer durante los últimos dos o tres años, <strong>de</strong>scribiendo órbitas cada<br />

vez más amplias. De haber sabido lo que pensara Rachel Creed hacía poco rato,<br />

hubiera podido <strong>de</strong>cirle que tal vez tenía razón aquel profesor <strong>de</strong> psicología, pero<br />

que cuando envejecías, esa función <strong>de</strong> bloqueo <strong>de</strong> la memoria se <strong>de</strong>terioraba, lo<br />

mismo que todos los órganos <strong>de</strong> tu cuerpo, y empezabas a recordar caras,<br />

lugares y hechos con una niti<strong>de</strong>z impresionante. Recuerdos que habían adquirido<br />

el tono sepia <strong>de</strong> las viejas fotografías, reavivaban sus colores, las voces se<br />

<strong>de</strong>spojaban <strong>de</strong> la sordina que les había puesto el tiempo y recobraban su<br />

sonoridad original. Y Jud hubiera podido <strong>de</strong>cir a aquel profesor que esto no era<br />

<strong>de</strong>mencia informática. Esto se llamaba senilidad.<br />

Jud volvía a ver a « Hanratty » , el toro <strong>de</strong> Lester Morgan, con los ojos<br />

ribeteados <strong>de</strong> rojo, embestir contra todo lo que se le ponía por <strong>de</strong>lante. Incluso<br />

embestía a los árboles, cuando el viento movía las hojas. Antes <strong>de</strong> que Lester se<br />

diera por vencido, todos los árboles <strong>de</strong>l pastizal vallado <strong>de</strong> « Hanratty »<br />

mostraban las señales <strong>de</strong> aquel furor ciego, y el animal tenía los cuernos<br />

astillados y la cabeza ensangrentada. Cuando mató al toro, Lester estaba<br />

aterrorizado: lo mismo que ahora Jud.<br />

El anciano bebía cerveza y fumaba. Estaba anocheciendo. No encendió la<br />

luz. Poco a poco, su cigarrillo se convirtió en un punto incan<strong>de</strong>scente. Bebía,<br />

fumaba y vigilaba la entrada <strong>de</strong> coches <strong>de</strong> casa <strong>de</strong> los Creed. Cuando Louis<br />

regresara <strong>de</strong> don<strong>de</strong>quiera que estuviera, él entraría a charlar un rato, para<br />

asegurarse <strong>de</strong> que no tramaba nada malo.<br />

Y seguía sintiendo el suave tirón <strong>de</strong> lo que quiera que fuera el maléfico po<strong>de</strong>r<br />

que habitaba aquella tierra diabólica don<strong>de</strong> se habían construido los « cairns» .<br />

« No te mezcles en esto, tú. No te mezcles, o vas a sentirlo» . La voz era como<br />

un jirón <strong>de</strong> niebla que surgiera <strong>de</strong> un sepulcro abierto.<br />

Esforzándose por hacer oídos sordos a la voz, Jud fumaba y bebía. Y<br />

esperaba.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!