03.06.2019 Views

Cementerio de animales - Stephen King

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

jodiste. ¿Creías que no vendría a tomarme el <strong>de</strong>squite?<br />

Jud levantó el cuchillo.<br />

A<strong>de</strong>lante, sácala y a, quienquiera que seas, y veremos quién jo<strong>de</strong> a quién.<br />

—Norma ha muerto, y no tienes a nadie que te llore —dijo Gage—. Pero ella<br />

era una puta barata. Se acostaba con todos tus amigos, Jud, y <strong>de</strong>jaba que se la<br />

metieran por el culo. Era como más le gustaba. Ahora está en el infierno, con<br />

artritis y todo. Yo la vi allí, Jud. Yo la vi.<br />

La figura avanzó dos pasos, <strong>de</strong>jando unas huellas <strong>de</strong> barro en el gastado<br />

linóleo. Traía una mano tendida y la otra escondida a la espalda.<br />

—Escucha, Jud —susurró. Y abrió la boca, enseñando sus blancos dientes <strong>de</strong><br />

leche. Y, a pesar <strong>de</strong> que los labios no se movían, salió la voz <strong>de</strong> Norma.<br />

—¡Me reía <strong>de</strong> ti! ¡Todos nos reíamos <strong>de</strong> ti! Nos reíiiiiiamos…<br />

—¡Basta! —El cuchillo le temblaba en la mano.<br />

—Lo hacíamos en tu cama, Herk y y o lo hicimos y lo hice con George y con<br />

todos. Yo sabía lo <strong>de</strong> tus putas, pero tú no sospechabas que te habías casado con<br />

una. ¡Cómo nos reíamos, Jud! Follábamos todos juntos y nos reíiiiiiamos <strong>de</strong>…<br />

—¡BASTA! —gritó Jud abalanzándose sobre la pequeña figura <strong>de</strong>l traje <strong>de</strong><br />

amortajar sucio, y fue entonces cuando el gato salió <strong>de</strong> la oscuridad, <strong>de</strong> <strong>de</strong>bajo<br />

<strong>de</strong>l banco don<strong>de</strong> estaba escondido. Bufaba con las orejas aplastadas contra el<br />

cráneo, y <strong>de</strong>rribó a Jud limpiamente. El cuchillo le salió disparado <strong>de</strong> la mano y<br />

resbaló rodando por el gastado linóleo. El asa tropezó con la pata <strong>de</strong> la mesa y se<br />

<strong>de</strong>slizó <strong>de</strong>bajo <strong>de</strong>l frigorífico.<br />

Jud comprendió que le habían engañado otra vez, y su único consuelo fue que<br />

ésta sería la última. El gato estaba encima <strong>de</strong> sus piernas, con la boca abierta, los<br />

ojos llameantes y silbando como una tetera. Y Gage se le vino encima, con una<br />

negra sonrisa <strong>de</strong> alegría, los ojos rasgados y ribeteados <strong>de</strong> rojo. Entonces sacó la<br />

mano que llevaba a la espalda, y Jud vio que aquella mano sostenía un bisturí<br />

sacado <strong>de</strong>l maletín <strong>de</strong> Louis.<br />

—¡Ay, Jesús! —exclamó Jud, levantando la mano <strong>de</strong>recha para protegerse<br />

<strong>de</strong>l golpe. Y entonces se produjo una ilusión óptica, sin duda se había vuelto loco,<br />

porque parecía que el bisturí estaba en uno u otro lado <strong>de</strong> su mano a la vez.<br />

Entonces algo caliente empezó a gotearle en la cara, y Jud comprendió.<br />

—¡Voy a follar contigo, viejo! —gritaba el engendro echándole a la cara su<br />

aliento nauseabundo—. Voy a follar contigo, a follar contigo… ¡Cuanto quiera!<br />

Jud se <strong>de</strong>batió y agarró a Gage por la muñeca, pero se quedó con la piel en la<br />

mano.<br />

El bisturí fue retirado violentamente, <strong>de</strong>jándole una herida vertical.<br />

—¡CUANTO… QUIERA!<br />

El bisturí cay ó sobre Jud otra vez.<br />

Y otra.<br />

Y otra.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!