03.06.2019 Views

Cementerio de animales - Stephen King

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

Lucas» .<br />

No; Louis nunca crey ó en la otra vida. Por lo menos, hasta lo <strong>de</strong> Church.<br />

—Yo creo que hay algo más allá —dijo a su hija, hablando <strong>de</strong>spacio—. Pero<br />

cómo pue<strong>de</strong> ser, eso no lo sé. Tal vez sea distinto para cada cual. Tal vez sea lo<br />

que cada uno creyó que sería durante toda su vida. Pero creo que hay algo y<br />

creo que Mrs. Crandall <strong>de</strong>be <strong>de</strong> estar en algún lugar don<strong>de</strong> pueda ser feliz.<br />

—Tú tienes fe en eso —dijo Ellie. No era una pregunta. Parecía intimidada.<br />

Louis sonrió, entre satisfecho y cohibido.<br />

—Seguramente. Y también tengo fe en que es hora <strong>de</strong> que te vay as a la<br />

cama. Llevas diez minutos <strong>de</strong> retraso.<br />

Le besó en los labios y en la punta <strong>de</strong> la nariz.<br />

—¿Tú crees que los <strong>animales</strong> tienen otra vida?<br />

—Sí —dijo él sin pensarlo, y estuvo a punto <strong>de</strong> añadir: Sobre todo, los gatos.<br />

Las palabras casi le asomaron a sus labios, y sintió que la piel le quedaba rígida y<br />

fría.<br />

—Bueno —dijo la niña <strong>de</strong>slizándose al suelo—. Tengo que dar un beso a<br />

mamá.<br />

—Pues, a<strong>de</strong>lante.<br />

Louis la siguió con la mirada. Al llegar a la puerta <strong>de</strong>l comedor, la niña se<br />

volvió y dijo:<br />

—Aquel día me puse muy tonta con Church, ¿verdad? ¡Y cómo lloraba!<br />

—No, cariño —dijo él—. A mí no me pareciste tonta.<br />

—Si ahora se muriera, me parece que podría resistirlo —dijo ella, y pareció<br />

quedarse un poco sorprendida por lo que acababa <strong>de</strong> <strong>de</strong>cir. Luego, corroboró—:<br />

Sí, podría. —Y se fue en busca <strong>de</strong> Rachel.<br />

Aquella noche, en la cama, Rachel dijo:<br />

—He oído lo que le <strong>de</strong>cías.<br />

—¿Y no te parece bien? —preguntó Louis. Decidió que sería mejor hablar sin<br />

tapujos, si así lo quería ella.<br />

—No es eso —dijo Rachel en un tono <strong>de</strong> vacilación impropio <strong>de</strong> ella—. No,<br />

Louis; no es eso. Es que… me asusto. Y tú ya me conoces, cuando me asusto me<br />

pongo a la <strong>de</strong>fensiva.<br />

Louis no recordaba haber oído nunca a Rachel hablar con tanta <strong>de</strong>sconfianza<br />

y, <strong>de</strong> pronto, se sintió receloso, como si estuviera pisando un campo <strong>de</strong> minas.<br />

—¿Te asustas? ¿De qué? ¿De la muerte?<br />

—No es mi muerte lo que me asusta. Casi nunca pienso en ella… Ya no. Pero<br />

cuando era niña pensaba mucho en eso. Y no podía dormir. Soñaba con<br />

monstruos que venían a comerme en la cama. Y todos tenían la cara <strong>de</strong> mi<br />

hermana Zelda.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!