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Cementerio de animales - Stephen King

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arreglado en forma <strong>de</strong> paisaje natural, abarcaba varias colinas <strong>de</strong> suave perfil;<br />

había largas avenidas arboladas (ah, pero en aquellos últimos minutos <strong>de</strong> luz <strong>de</strong><br />

día, las sombras <strong>de</strong> aquellos árboles eran tan negras y amenazadoras como las<br />

aguas <strong>de</strong> una charca) y unos cuantos sauces llorones aislados. El lugar no era<br />

intranquilo. La autopista estaba cerca y el viento fresco traía el zumbido<br />

constante <strong>de</strong>l tráfico. El resplandor que se divisaba en el cielo era el aeropuerto<br />

internacional <strong>de</strong> Bangor.<br />

Louis alargó el brazo hacia la puerta, pensando: « Estará cerrada» . Pero no lo<br />

estaba. Quizá aún era temprano, y, si la cerraban, sería para proteger el lugar <strong>de</strong><br />

borrachos, vándalos y parejitas adolescentes. Los días <strong>de</strong> los dickensianos<br />

Hombres <strong>de</strong> la Resurrección [6] (« otra vez la palabra esa» ) habían terminado.<br />

La puerta <strong>de</strong> la <strong>de</strong>recha cedió con un leve gemido, y, <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> lanzar una<br />

mirada por encima <strong>de</strong>l hombro, para asegurarse <strong>de</strong> que no le habían seguido,<br />

Louis entró, cerró la puerta tras sí y escuchó el chasquido <strong>de</strong>l cerrojo.<br />

Una vez <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> aquel mo<strong>de</strong>sto suburbio <strong>de</strong> muertos, Louis miró en<br />

<strong>de</strong>rredor.<br />

« Un lugar distinguido y particular —pensó—; si bien, creo que no hay quien<br />

se abrace en este lar» . ¿De quién era? ¿De Andrew Marvel? ¿Y por qué la<br />

memoria <strong>de</strong>l hombre almacenaba todo este fárrago <strong>de</strong> cosas inútiles?<br />

Entonces oy ó <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> su cabeza la voz <strong>de</strong> Jud, preocupada y … ¿asustada?<br />

Sí. Asustada.<br />

« Louis, ¿qué haces aquí? Estás contemplando un camino que no <strong>de</strong>bes<br />

recorrer» .<br />

Louis ahogó la voz. Si torturaba a alguien era sólo a sí mismo. Nadie tenía por<br />

qué enterarse <strong>de</strong> que él había estado allí al anochecer.<br />

Se encaminó hacia la tumba <strong>de</strong> Gage por un sinuoso sen<strong>de</strong>ro. Enseguida se<br />

encontró en una avenida bor<strong>de</strong>ada <strong>de</strong> árboles que agitaban sus hojas nuevas con<br />

misterioso susurro sobre su cabeza. El corazón le palpitaba con fuerza. Las<br />

tumbas y monumentos estaban dispuestos en hileras. Por allí estaría la caseta <strong>de</strong>l<br />

guarda y en ella habría un plano <strong>de</strong> las tres o cuatro hectáreas <strong>de</strong> Pleasantview<br />

racionalmente cuadriculadas, y en cada cuadrante se indicarían las tumbas<br />

ocupadas y las parcelas vacantes. Terrenos en venta. Apartamentos <strong>de</strong> una sola<br />

pieza. Dormitorios.<br />

« No se parece en nada a Pet Sematary » , pensó y la i<strong>de</strong>a le hizo <strong>de</strong>tenerse,<br />

sorprendido. No; no se parecía. Pet Sematary daba la impresión <strong>de</strong> un or<strong>de</strong>n que<br />

surgía, casi inconscientemente, <strong>de</strong>l caos, con aquellos toscos círculos<br />

concéntricos, aquellas estelas y cruces rudimentarias, <strong>de</strong> ma<strong>de</strong>ra o cartón. Como<br />

si los niños que habían enterrado allí a sus <strong>animales</strong> hubiera creado el esquema a<br />

través <strong>de</strong> su subconsciente colectivo, como si…<br />

Durante un momento, Louis vio en Pet Sematary una especie <strong>de</strong> reclamo…,<br />

una muestra, como en las ferias, don<strong>de</strong> sacan a la calle al comedor <strong>de</strong> fuego

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