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Cementerio de animales - Stephen King

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Cuando Louis llegó a casa, Ellie seguía vestida <strong>de</strong> bruja. Rachel trató <strong>de</strong><br />

convencerla <strong>de</strong> que se pusiera el pijama, pero la niña se resistió, por si existía la<br />

posibilidad <strong>de</strong> que la fiesta, suspendida por ataque al corazón, aún se celebrara.<br />

Cuando su padre le dijo que se pusiera el abrigo, ella lanzó un grito <strong>de</strong> alegría.<br />

—Se va a hacer muy tar<strong>de</strong>, Louis.<br />

—Iremos en el coche —dijo él—. Por favor, Rachel, lleva un mes<br />

esperándolo.<br />

—Bueno… —Rachel sonrió y Ellie volvió a gritar y echó a correr hacia el<br />

ropero—. ¿Cómo está Norma?<br />

—Mejor. —Él se sentía satisfecho. Cansado, pero satisfecho—. No ha sido<br />

muy fuerte. De ahora en a<strong>de</strong>lante tendrá que cuidarse; pero a los setenta y cinco<br />

años tampoco va uno a hacer cabriolas.<br />

—Ha sido una suerte que tú estuvieras allí. Parece cosa <strong>de</strong> la Provi<strong>de</strong>ncia.<br />

—Dejémoslo en suerte. —Sonrió a Ellie que volvía con el abrigo—. ¿Lista,<br />

bruja Hazel?<br />

—Lista. ¡Vamos, vamos, vamos!<br />

Cuando, una hora <strong>de</strong>spués, volvían a casa con la cesta a medio llenar (Ellie<br />

protestó cuando Louis <strong>de</strong>cidió dar por terminada la fiesta, pero se <strong>de</strong>jó convencer<br />

fácilmente, pues estaba cansada), la niña le sorprendió al preguntar:<br />

—¿Fue culpa mía que Mrs. Crandall tuviera el ataque al corazón, papi? ¿Fue<br />

porque no quise la manzana que tenía el golpe?<br />

Louis la miró con extrañeza, preguntándose <strong>de</strong> dón<strong>de</strong> sacaban los niños<br />

aquellas i<strong>de</strong>as semisupersticiosas. Trae <strong>de</strong>sgracia pisar ray a… Me quiere, no me<br />

quiere… Aquello le recordó el Sematary y sus círculos chapuceros. Quiso<br />

sonreír y no acabó <strong>de</strong> conseguirlo.<br />

—No, cariño —dijo Louis—. Cuando tú entraste con los dos fantasmas…<br />

—No eran fantasmas. Eran los gemelos Buddinger.<br />

—Está bien. Mientras vosotros estabais en la cocina, Mr. Crandall me <strong>de</strong>cía<br />

que su esposa tenía pequeños dolores en el pecho. En realidad, pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>cirse que<br />

tú le salvaste la vida o, por lo menos, impediste que se pusiera peor.<br />

Ahora fue Ellie quien se sorprendió.<br />

Louis asintió.<br />

—Ella necesitaba un médico. Yo soy médico, pero sólo estaba allí porque<br />

había ido a acompañarte en la ronda <strong>de</strong> Todos los Santos.<br />

Ellie reflexionó largamente y asintió.<br />

—De todos modos, se morirá —dijo llanamente—. Todos los que tienen un<br />

ataque al corazón se mueren. Aunque parece que van a vivir, tienen otro, y otro,<br />

y otro hasta que… ¡buum!<br />

—¿Y dón<strong>de</strong> has aprendido tú tanta ciencia?<br />

Ellie se encogió <strong>de</strong> hombros con una actitud que parecía calcada <strong>de</strong> su padre,<br />

según observó Louis con regocijo.

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