03.04.2013 Views

Volumen VI - Novela - Banco de Reservas

Volumen VI - Novela - Banco de Reservas

Volumen VI - Novela - Banco de Reservas

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

COLECCIÓN PENSAMIENTO DOMINICANO | Vo l u m e n <strong>VI</strong> | NOVELA<br />

novela. Hecho prisionero y con<strong>de</strong>nado, por Colón, a morir ahorcado, fingía olvidar algo en el<br />

momento <strong>de</strong> la confesión para hacer retardar su ejecución. Fue entonces cuando el Almirante<br />

<strong>de</strong>cidió tirarlo por un precipicio. En la novela, Pedro <strong>de</strong> Mojica (y no Adrián como en Historia<br />

<strong>de</strong> las Indias), es el personaje más perverso e intrigante, pero también es primo <strong>de</strong>l padre <strong>de</strong><br />

Mencía, la futura esposa <strong>de</strong> Enriquillo. Sin embargo, en la ficción, no muere ejecutado por<br />

Colón, sino por Tamayo, el lugarteniente <strong>de</strong>l cacique <strong>de</strong>l bahoruco, y esto ocurre al menos<br />

veinte años <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> su muerte real, la que nos cuenta Las Casas en sus crónicas 80 , pero<br />

casi <strong>de</strong> la misma manera: simulando haber olvidado rezar: “¡No sé rezar! –exclamó el hidalgo,<br />

pensando tal vez que esta ignorancia le salvaría. ¡Pues peor para ti! –contestó fieramente<br />

Tamayo– ¡Anda a los infiernos!” (p.718). En el texto <strong>de</strong>l padre dominico los <strong>de</strong>fectos físicos<br />

que el novelista atribuye a su personaje evi<strong>de</strong>ntemente no aparecen.<br />

Como Galván es consciente <strong>de</strong> que re-escribe a Las Casas, a veces explica al lector las situaciones<br />

o los personajes que supone conocidos <strong>de</strong> éste, incluso antes <strong>de</strong> revelarlos. Así suce<strong>de</strong><br />

con Andrés <strong>de</strong> Valenzuela, cuando escribe: “pues el lector habrá comprendido que el apuesto<br />

joven era el hijo <strong>de</strong>l buen Don Francisco, el más rico habitante <strong>de</strong> la Maguana” (p.588). Andrés<br />

forma parte <strong>de</strong>l relato <strong>de</strong> Las Casas sobre la rebelión <strong>de</strong> Enriquillo, y por esta razón el autor<br />

<strong>de</strong> la novela lo presenta como conocido <strong>de</strong>l lector. Otras explicaciones aparecen en las frases<br />

utilizadas para introducir una cita textual <strong>de</strong>l cronista <strong>de</strong> Indias: “Des<strong>de</strong> aquí va copiada al pie<br />

<strong>de</strong> la letra la interesante <strong>de</strong>scripción que hace Las Casas en su Historia <strong>de</strong> Indias <strong>de</strong> la Vega Real<br />

dominicana” (nota 60, p.591), u otras explicaciones <strong>de</strong>l mismo género. Igualmente hay situaciones<br />

que le sugieren la ficción, por ejemplo la muerte <strong>de</strong> la esposa <strong>de</strong> Diego Velázquez, María<br />

<strong>de</strong> Cuéllar, una semana <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> la celebración <strong>de</strong>l matrimonio 81 . Sus amores <strong>de</strong>sgraciados<br />

son contados utilizando al capitán Grijalva a quien Velázquez había <strong>de</strong>jado como reemplazante<br />

mientras iba a casarse. Es inútil mostrar los elementos que Galván reunió para crear un mundo<br />

tan coherente como el <strong>de</strong> Las Casas. Sin embargo, la re-escritura <strong>de</strong>l aspecto físico <strong>de</strong> Enriquillo<br />

es a la vez una cita textual y también una alusión al texto <strong>de</strong>l eminente cronista <strong>de</strong> Indias: “Era<br />

Enrique alto y gentil hombre, <strong>de</strong> cuerpo bien proporcionado y dispuesto; la cara no la tenía ni<br />

hermosa ni fea, pero tenía la <strong>de</strong> hombre grave y severo” 82 . Galván, por su parte, lo <strong>de</strong>scribe así:<br />

“su faz presentaba esa armonía <strong>de</strong>l conjunto que, más aún que la misma hermosura, agrada y<br />

predispone favorablemente a primera vista” (p.626). Para mostrar que es “fiel” a su mo<strong>de</strong>lo,<br />

el novelista toma, en un diálogo entre doña Elvira y doña María <strong>de</strong> Toledo, la <strong>de</strong>scripción <strong>de</strong><br />

la Historia <strong>de</strong> las Indias casi textualmente: “A<strong>de</strong>más –replicó la joven–, la cara <strong>de</strong> Enriquillo no<br />

pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>cirse que sea hermosa…/ Ni fea –contestó la Virreina terciando en la discusión–. Es<br />

un sujeto muy gentil y bien formado el cacique <strong>de</strong>l bahoruco, y su alma es positivamente muy<br />

hermosa” (p.633). En el relato <strong>de</strong> la rebelión, el esquema <strong>de</strong> la revuelta es tomado <strong>de</strong> Las Casas,<br />

pero los combates salen <strong>de</strong> la pluma <strong>de</strong> Manuel <strong>de</strong> jesús Galván.<br />

80 “Y traídos a la fortaleza, manda luego al Adrián (<strong>de</strong> Mojica) ahorcar; y diciendo él que le <strong>de</strong>jasen confesar, dijo el<br />

Almirante que le confesase un clérigo que allí estaba, y cuando el clérigo se ponía a confesarle, se <strong>de</strong>tenía y no quería<br />

confesar y esto hizo algunas veces. Viendo el Almirante que lo hacía para dilatar su muerte, mandó que lo echasen <strong>de</strong><br />

una almena abajo, y así lo hicieron; daba voces que lo <strong>de</strong>jasen confesar, porque por temor <strong>de</strong> la muerte no se acordaba<br />

<strong>de</strong> sus pecados, y que <strong>de</strong>jaba con<strong>de</strong>nados a muchos que no tenían culpa; pero no le aprovechó nada”. Las Casas, fray<br />

bartolomé <strong>de</strong>, Historia <strong>de</strong> las Indias, T. 1, Madrid, Ed. Atlas, Colección biblioteca <strong>de</strong> Autores Españoles, 1957, p.449.<br />

81 “Llegado Diego Velázquez a la villa <strong>de</strong> baracoa, y un domingo celebró sus bodas con gran<strong>de</strong> regocijo y aparato,<br />

y el sábado siguiente se halló viudo, porque se le murió la mujer, y fue la tristeza y luto, más que la alegría había sido,<br />

doblada. Pareció que Dios quiso para sí aquella señora, porque dicen que era muy virtuosa, y quiso prevenirla con la<br />

intempestiva muerte, porque quizá con el tiempo y prosperidad no se trastornara”. Ibíd., T. 2, p.241.<br />

82 Ibíd., p.476.<br />

334

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!