Volumen VI - Novela - Banco de Reservas

INTRODUCCIÓN | Raymundo gonzález
oidor Fernando Araujo y Rivera. 11 Y en el siglo xVIII se amplían las noticias sobre ellos
en los escritos del escritor y hatero banilejo Luis joseph Peguero, 12 así como también del
racionero Antonio Sánchez Valverde. 13 A principios del siglo xIx el regidor josé de Heredia
se refirió al modo de vida de estos campesinos. 14 Durante toda la época colonial recibieron
una valoración ambigua que se saldó finalmente con desprecio, rechazo y olvido; la misma
valoración continuó durante la República, ahora acentuada en razón del predominio de la
ideología del progreso que tanto combatió bonó. 15
El valor de la novela de bonó ha sido objeto de controversias desde que se publicó
en 1968.
Ciriaco Landolfi la desestima por carecer de valor estético. 16 Entre las monografías
más importantes están el ya mencionado prefacio de Emilio Rodríguez Demorizi para la
edición de la Colección Pensamiento Dominicano 17 y el capítulo que le dedicó Josefina de la
Cruz en su estudio sobre la novela dominicana de finales del XIX. Rodríguez Demorizi
resalta el triple valor de El montero; uno simbólico: “La historia de la novela dominicana
empieza en esta obra”; 18 otro está dado por su carácter realista como testimonio histórico
y folclórico, 19 frente al romanticismo que entraba ya en desuso; en tercer lugar, el hecho
de que llena un vacío en nuestras letras: “la falta de novela autóctona en un largo período
de nuestra era republicana”. 20
Por su parte, Josefina de la Cruz 21 se hace eco del reproche formulado por Rodríguez
Demorizi “por el lenguaje demasiado culto puesto en boca de personajes rústicos”. A lo que
la autora replica que acaso ello se deba a “la circunstancia de su publicación extranjera”, ya
que la misma estaría dirigida a un “auditorio no nacional”. 22 Asimismo, el tiempo en que se
desenvuelven los hechos que narra la novela han sido situados por De la Cruz en “los últimos
años de la dominación haitiana”. Otro rasgo en que insiste esta autora es en el “aislamiento
total” de la comunidad de Matancitas, cerca de Matanzas, donde se desenvuelve la trama. 23
11 Véase: Fernando de Araujo y Rivera, Descripción de la Isla Española, o de santo Domingo (1699), en: E. Rodríguez
Demorizi, Relaciones históricas, tomo I, pp.269-309.
12 Luis joseph Peguero, Historia de la conquista, de la Isla Española de Santo Domingo. Trasumptada el año de 1762,
2 tomos (edición, estudio preliminar y notas de Pedro j. Santiago), Santo Domingo, Museo de las Casas Reales,
1975. 13Antonio Sánchez Valverde, Idea del valor de la Isla Española. En Aut. Cit., Ensayos, Santo Domingo, Ed. Corripio,
1988.
14 Véase su memorial escrito en 1810. En Emilio Rodríguez Demorizi, Invasiones haitianas de 1801, 1805 y 1822,
Ciudad Trujillo [Santo Domingo], 1955.
15 o Véase, Roberto Cassá, Apología de Pedro Francisco Bonó, Clío, Año 64, n. 63, mayo-diciembre, 1996, pp.7-28;
también nuestro artículo, “El pensamiento social de Pedro Francisco bonó”, en: VV.AA.: Política, identidad y pensamiento
social en la República Dominicana (siglos XIX Y XX), Madrid, Doce Calles | Academia de Ciencias de la República
Dominicana, 1999.
16Ciriaco Landolfi, La cultura vernácula en la novela dominicana, Pequeño Universo de la Facultad de Humanidades,
n. o 4, 1973, pp.144-170.
17Emilio Rodríguez Demorizi, Prefacio. En Pedro Francisco bonó, El montero. Novela de costumbres, Santo Domingo,
julio D. Postigo e hijos editores, 1968, pp.955-967.
18Ibídem, p.966.
19Ibídem, p.965.
20Ibídem, p.967.
21Josefina de la Cruz, La sociedad dominicana de finales de siglo a través de la novela, 2da. ed., Santo Domingo, Editora
Universitaria, 1986, pp.186-214.
22Incluso podría tratarse de una decisión de los editores que para facilitar la comprensión de los lectores sugirieran
cambiar las expresiones menos conocidas, por otras que suponían más manejables; por ejemplo, en lugar del
puerco cimarrón se habla del jabalí.
23Mantanzas fue una común de menos de dos mil personas en el tercer cuarto del siglo xIx. En 1884 el poblado
de cabecera apenas contaba con una escuela. En el siglo xx fue barrido por el maremoto que destruyó la costa de
Nagua en agosto de 1946.
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