03.04.2013 Views

Volumen VI - Novela - Banco de Reservas

Volumen VI - Novela - Banco de Reservas

Volumen VI - Novela - Banco de Reservas

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

COLECCIÓN PENSAMIENTO DOMINICANO | Vo l u m e n <strong>VI</strong> | NOVELA<br />

<strong>de</strong> la Virreina en los asuntos matrimoniales <strong>de</strong> su dama <strong>de</strong> honor; y entreviendo un misterio<br />

cuya naturaleza parecía sospechosa, el Licenciado, que era <strong>de</strong> suyo dado a la investigación<br />

<strong>de</strong> la verdad, quiso saber a fondo lo que significaba aquel papel escrito por la esposa <strong>de</strong>l<br />

Almirante, y enviado a Velázquez en nombre <strong>de</strong> su prometida.<br />

Velázquez lo recibió con la <strong>de</strong>ferencia acostumbrada, y satisfizo a las francas preguntas<br />

<strong>de</strong> su amigo con sencillez y sinceridad; narrándole los sucesos <strong>de</strong> la noche anterior.<br />

—”Ese empeño <strong>de</strong>l Almirante por recobrar el papel que contenía la cita –pensó Las Casas–<br />

me prueba más aún que fue escrito por la Virreina. Necesito ir a la Fortaleza, a ver si saco algo en<br />

limpio. Quiero ver si mi pobre Enrique tiene fundamento efectivo para mirar con repugnancia<br />

aquella mansión, y que se le <strong>de</strong>n encargos propios <strong>de</strong> caracteres serviles. “¡Oh tempora! ¡oh mores!”<br />

–añadió, siempre mentalmente, repitiendo el consabido <strong>de</strong>sahogo ciceroniano.<br />

Y se <strong>de</strong>spidió <strong>de</strong> Velázquez ofreciéndole volver a hora <strong>de</strong> acompañarle a la mencionada<br />

visita.<br />

Llegó a la presencia <strong>de</strong> Diego Colón en la Fortaleza, encontrándole <strong>de</strong> excelente humor.<br />

Sin ro<strong>de</strong>os <strong>de</strong> ninguna especie, <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> los cumplimientos <strong>de</strong> uso, entró en materia el<br />

fogoso Licenciado, refiriendo la invitación pendiente para acompañar a Velázquez aquel<br />

día en la visita <strong>de</strong> presentación formal a su novia; pero añadió que <strong>de</strong>seaba saber si los inci<strong>de</strong>ntes<br />

<strong>de</strong>l jardín en la pasada noche podrían afectar en algo la seriedad <strong>de</strong> aquel paso, para<br />

no exponer su propia dignidad a inmerecido sonrojo. Diego Colón le contestó haciéndole<br />

fiel relación <strong>de</strong> todo lo ocurrido, sin ocultarle lo <strong>de</strong>l papel escrito por la Virreina y rescatado<br />

por él; aunque al mismo tiempo recomendó mucho a Las Casas que guardara reserva sobre<br />

este punto. Es <strong>de</strong> presumir que esta excesiva franqueza <strong>de</strong> Diego Colón fuera dictada por<br />

el recelo <strong>de</strong> que Enriquillo dijera toda la verdad al Licenciado, que era la persona a quien<br />

más afecto profesaba y en cuya inmediata protección vivía; y <strong>de</strong> hecho así había sucedido,<br />

obrando por lo mismo cuerdamente el Almirante al aclarar todo el enigma, en la parte que<br />

pudiera perjudicar al concepto <strong>de</strong> su joven esposa.<br />

Oyó Las Casas todos esos pormenores con profunda atención, y prometió guardar el<br />

secreto que se imponía.<br />

—Sin embargo –añadió–, me atreveré a <strong>de</strong>cir a Vueseñoría que me exige en ello el mayor<br />

<strong>de</strong> los sacrificios; yo, que no tengo los altos respetos políticos <strong>de</strong> que vos no podéis prescindir,<br />

parece como que me hago cómplice voluntario <strong>de</strong> una gran crueldad, cual es sacrificar<br />

a la razón <strong>de</strong> Estado el sosiego y la dicha <strong>de</strong> dos jóvenes que parecen formados por el cielo<br />

para pertenecerse mutuamente.<br />

—Ayudadme pues –contestó Diego Colón– a buscar el modo <strong>de</strong> estorbar ese enlace. En un<br />

año que tenemos por <strong>de</strong>lante, ¿vos y yo seremos tan pobres <strong>de</strong> expedientes que no podamos<br />

realizar lo que mi compasiva María emprendió, la pobrecilla, con más fe que experiencia?<br />

—¡Ah, señor! ¡No sabéis lo que me pedís! –contestó en tono <strong>de</strong> reconvención Las Casas–:<br />

lo que en vos se cohonesta al menos, ya que no se justifica, con las exigencias <strong>de</strong> la alta posición<br />

en que os halláis, en mí tendría toda la odiosa fealdad <strong>de</strong> la mentira y la pérfida; ni más<br />

ni menos. Yo, amigo <strong>de</strong> Velázquez y amigo <strong>de</strong> Grijalva, mal podría terciar en ese <strong>de</strong>licado<br />

asunto como no fuera para <strong>de</strong>cir al primero toda la verdad, y hacerle <strong>de</strong>sistir <strong>de</strong> su proyecto,<br />

<strong>de</strong>volviendo al <strong>de</strong>sgraciado Grijalva el bien que se le quiere arrebatar.<br />

—¡Guardaos bien <strong>de</strong> ello, Don bartolomé! –dijo vivamente el Almirante–. Retiro mi<br />

invitación, y sólo os pido que me cumpláis vuestro ofrecimiento <strong>de</strong> no volver a hablar <strong>de</strong><br />

este asunto con alma viviente.<br />

562

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!