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Volumen VI - Novela - Banco de Reservas

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PEDRO FRANCISCO BONÓ | EL MONTERO. NOVELA DE COSTUMbRES<br />

<strong>de</strong> Margarita Ucelay <strong>de</strong> Da Cal acerca <strong>de</strong> Fernán Caballero: “Sus novelas se podrían <strong>de</strong>scribir<br />

como una serie <strong>de</strong> cuadros costumbristas, ligados por una acción escasa, en la que los tipos y<br />

las escenas lo son todo… Es, pues, Fernán Caballero quien, combinando el costumbrismo<br />

regional andaluz con las formas <strong>de</strong> técnica narrativa más amplia, abrió el camino para<br />

la novela realista, o quizás más exactamente para la novela realista regional, que tanta<br />

importancia había <strong>de</strong> tener en España, y <strong>de</strong> la que será el exponente más alto”. Sin embargo<br />

–agrega–, no fue Fernán Caballero “la primera en ver las posibilida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> esa combinación,<br />

que algún novelista romántico ya habia entrevisto. Otro autor ensayó con anterioridad el<br />

aplicar la técnica <strong>de</strong>l costumbrismo a la novela. Por <strong>de</strong>sgracia, a éste le faltaban las dotes<br />

necesarias para la empresa, y su ensayo, que con talento novelístico hubiese dado a su nombre<br />

un significado <strong>de</strong> importancia, quedó reducido a una curiosidad histórico-literaria. Nos<br />

referimos a Antonio Flores, que en 1846 publicó una <strong>Novela</strong> <strong>de</strong> costumbres… A pesar <strong>de</strong> esto,<br />

la obra mencionada es <strong>de</strong> escaso mérito literario, pero en cambio tiene, a nuestro parecer, un<br />

gran interés como eslabón entre el costumbrismo y la novela, ya que ilustra muy eficazmente<br />

el paso natural <strong>de</strong>l subgénero <strong>de</strong> tipos, a la utilización <strong>de</strong> éstos en obras <strong>de</strong> ficción”. 15 De<br />

ahí parte, asimismo, la estructura <strong>de</strong> la novela <strong>de</strong> bonó –novela <strong>de</strong> costumbres la llamó él–<br />

siguiendo el mismo procedimiento <strong>de</strong> Fernán Caballero y <strong>de</strong> Antonio Flores.<br />

La docta escritora observa que si pue<strong>de</strong> ser <strong>de</strong>batible el calificar <strong>de</strong> novela la obra<br />

<strong>de</strong> Antonio Flores, “lo que es indudable es que ya no es costumbrismo. Es un paso hacia<br />

a<strong>de</strong>lante, dado todavía con timi<strong>de</strong>z, y que queda en un territorio fronterizo. De ahí el<br />

interés que tiene históricamente, como ilustración <strong>de</strong>l tránsito <strong>de</strong> un género al otro”. Del<br />

tipo costumbrista, sin individualidad <strong>de</strong>terminada, que aparecía en los periódicos <strong>de</strong> la<br />

República, El Dominicano, <strong>de</strong> 1845 y 1855, y El Oasis, <strong>de</strong> 1856, pasó bonó en El montero<br />

–como los novelistas hispanos– al personaje <strong>de</strong> novela, con su nombre y <strong>de</strong>más atributos,<br />

vivo y actuante.<br />

Podría <strong>de</strong>cirse, pues, que la posición <strong>de</strong> bonó en nuestras letras es –salvo las diferencias<br />

lógicas– la <strong>de</strong> Antonio Flores en las letras hispanas.<br />

V<br />

No es fácil hablar <strong>de</strong>l estilo <strong>de</strong> un escritor como Pedro Francisco bonó, que no tuvo<br />

preocupaciones retóricas y que quizás pensaba, como repetía Pedro Henríquez Ureña, que<br />

el mejor estilo es el que no lo parece; o como dijera Menén<strong>de</strong>z Pidal: que en un estilo sobra<br />

todo lo que no hace falta. Esta dificultad sube <strong>de</strong> punto cuando se trata <strong>de</strong> un escritor novel<br />

y <strong>de</strong> obra primeriza, nacida sin el acendramiento <strong>de</strong> un medio culto, en el poco propicio<br />

ambiente <strong>de</strong> la guerra contra el haitiano –ajena al tema <strong>de</strong> la novela– en una <strong>de</strong> cuyas batallas<br />

intervino, en el año mismo <strong>de</strong> la publicación <strong>de</strong> El Montero, en la memorable acción <strong>de</strong> Sabana<br />

Larga, <strong>de</strong> enero <strong>de</strong> 1856.<br />

bonó, sin duda, mostraba facilidad, amenidad y gracia en las <strong>de</strong>scripciones, en el<br />

paisaje y el retrato, en la narración y el diálogo. Su narración no se <strong>de</strong>tiene en alar<strong>de</strong>s <strong>de</strong><br />

belleza, en empeños estilísticos, sino que va rectamente hacia su término. La secuencia<br />

narrativa no se interrumpe; avanza bajo la superficie <strong>de</strong> las <strong>de</strong>scripciones, no estáticas,<br />

sino en constante movimiento, como cuando, plena <strong>de</strong>l color local característico <strong>de</strong> la<br />

15Margarita Ucelay <strong>de</strong> Da Cal, Los españoles pintados por sí mismos. Estudio <strong>de</strong> un género costumbrista. México, 1951,<br />

pp.168-169.<br />

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