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Volumen VI - Novela - Banco de Reservas

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COLECCIÓN PENSAMIENTO DOMINICANO | Vo l u m e n <strong>VI</strong> | NOVELA<br />

—¡Mira a Fulanita, qué lujo! Después serán los dolores <strong>de</strong> cabeza y los cobros, si el papá<br />

no tiene en qué caerse muerto.<br />

—¿Y esta princesa? Pues si es fulanita, ¡quién se lo había <strong>de</strong> <strong>de</strong>cir a su abuela, yo que<br />

la conocí <strong>de</strong> cocinera!<br />

—¿Y aquella mulatica, tan apurada, <strong>de</strong> dón<strong>de</strong> ha salido?<br />

—No niña, es quimá pa sol.<br />

—¿Cómo?<br />

—Que está quemada por el sol.<br />

—Y zutanita, qué hermosa y bien puesta. No hay que negárselo, la pobre.<br />

—Pero se está quedando, ya anda cerca <strong>de</strong> los treinta. No sé en qué piensan los jóvenes.<br />

—Chica, pero si ha tenido tantos novios. Ahora la cargan con un ministro casado. Yo no<br />

lo creo, ¡qué va!, pero la gente es muy mala y cuando el río suena...<br />

—¡Ave María purísima!<br />

—¿Qué te suce<strong>de</strong>?<br />

—¿No ves ésa, <strong>de</strong> azul marino, que está en aquel rincón?<br />

—Sí, y...<br />

—Pues que no es casada, y se atreve a presentarse aquí.<br />

—Te equivocas, se casó hace dos semanas en intimidad, para po<strong>de</strong>r acompañar las hijas<br />

a los bailes. Es muy buena.<br />

—En mi tiempo no se veían estas confusiones. Cada oveja andaba con su pareja; pero<br />

ya se ve, hoy todo está revuelto, ni sociedad, ni religión: lujo y nada más.<br />

—Mira al negrito cubaneándose con... ¡y el tío expulso! Fíjate con qué dulzura le habla<br />

él, y ella le pone los ojos en blanco. ¡Qué mujeres, Dios mío!<br />

—Le estará pidiendo un salvoconducto para el tío.<br />

—No seas tonta... una aduana para el padre.<br />

Al terminar las piezas, algunos mozos se arriman a la cantina, en don<strong>de</strong> estacionan <strong>de</strong><br />

preferencia los que no bailan; allí escancian champaña y entre alegres risotadas relatan sus<br />

impresiones. Hay quien prefiere templarse con una copa <strong>de</strong> coñac o <strong>de</strong> ron <strong>de</strong>l país.<br />

¡La cuadrilla!, ¡la cuadrilla!, claman voces. En los tres salones se organizan sendas<br />

tandas. En varias sesiones ha sido esmeradamente ensayada. La tanda presi<strong>de</strong>ncial elige<br />

por escena el segundo salón, favorecido por mayor número <strong>de</strong> espectadores. El Presi<strong>de</strong>nte,<br />

ceremonioso, baila con garbo. Cuando avanza solo, luce su marcial apostura; no pier<strong>de</strong> un<br />

compás, sonríe a las lisonjas cortesanas murmuradas con un rictus que le contrae los labios<br />

bezudos, enseñando los dientes, fuertes y blancos... Con el a<strong>de</strong>mán felino que le es familiar<br />

sécase frente y nuca sudorosas. Las damas saludan, se contonean con gentileza; los caballeros<br />

se mueven mecánicamente temerosos <strong>de</strong> equivocarse. Al final <strong>de</strong> cada figura, las parejas <strong>de</strong><br />

la cabecera indican la próxima, suscitando discusiones rápidas, pues un error es un <strong>de</strong>lito.<br />

En la Poule, el golpe <strong>de</strong> un cuerpo contra el pavimento interrumpe la danza. Carlos V se ha<br />

<strong>de</strong>splomado, y junto a él ríe su compañera, <strong>de</strong>liciosa pastora <strong>de</strong> Watteau. El buffet se abre<br />

luego <strong>de</strong> la medianoche. Con el ímpetu con que el ganado se escapa <strong>de</strong> los corrales tras el<br />

or<strong>de</strong>ño <strong>de</strong>sbordándose por los potreros, la multitud lo inva<strong>de</strong>, atropellándose. Un viejo, sin<br />

<strong>de</strong>sguantarse, para no per<strong>de</strong>r tiempo, traga pastelillos y emparedados; la grasa mancha la<br />

cabritilla y con la boca atestada, previene a los vecinos: “coman turcos, muchachos, que están<br />

número uno”. Los pies aplastan melindres, dulces, aceitunas, caídos <strong>de</strong> manos, impacientes.<br />

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