03.04.2013 Views

Volumen VI - Novela - Banco de Reservas

Volumen VI - Novela - Banco de Reservas

Volumen VI - Novela - Banco de Reservas

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

jUAN bOSCH | LA MAÑOSA<br />

—Me duele mucho aquí –dijo <strong>de</strong> manera clara, señalándose la tetilla.<br />

Era allí don<strong>de</strong> estaba herido. Un hoyo fino <strong>de</strong> bala le había subido la carne viva y José Veras<br />

le había puesto un tapón <strong>de</strong> maguey en él, sustituyendo el <strong>de</strong> trapo sucio que había traído.<br />

—Sí –le explicó papá–; es un balazo; pero ya se está curando.<br />

El hombre le miró con los ojos cargados <strong>de</strong> dulzura, sonrió algo, igual que si una<br />

lucecilla ver<strong>de</strong> le hubiera iluminado los labios, y, murmurando las gracias y las buenas<br />

noches, se acomodó <strong>de</strong> nuevo en su camastro.<br />

d<br />

Ibamos a levantarnos ya, para dormir. José Veras había porfiado por quedarse a cuidar<br />

el herido y rebuscaba sacos en los rincones para arreglar una almohada. Estábamos en la<br />

puerta <strong>de</strong>l comedor, madre, Pepito que dormitaba, papá y yo, cuando oímos un tropel afanoso<br />

cruzar el Yaquecillo. Padre se <strong>de</strong>tuvo en seco; mamá tomó actitud <strong>de</strong> acecho; Pepito<br />

me miraba con ojos alocados. Sentimos a los caballos <strong>de</strong>tenerse <strong>de</strong> golpe y casi <strong>de</strong> inmediato<br />

tembló la puerta a unos golpes insistentes y nerviosos.<br />

—¿Quién va? ¿Quién va?<br />

La voz <strong>de</strong> papá no tenía nada <strong>de</strong> tranquila; era alta y áspera. josé Veras cruzó la habitación<br />

en carrera, se pegó a la pared para oír y <strong>de</strong>senfundó el revólver. Los golpes persistían y<br />

persistían también las preguntas <strong>de</strong> papá, que nos metía apresuradamente en el comedor.<br />

—¡Pepe, Pepe! –<strong>de</strong>mandaba una voz ronca.<br />

—Es el general –aseguró josé tranquilizándonos.<br />

Padre se dirigió a la puerta, interrogando quién era.<br />

—Soy yo, Fello Macario –contestaron <strong>de</strong> afuera.<br />

Papá se agachó para <strong>de</strong>strancar; abrió la puerta con cautela; pero la mano oscura y nerviosa<br />

<strong>de</strong>l general tiró <strong>de</strong> ella. Inmediatamente le vimos entrar, con paso rápido y ruido <strong>de</strong> espuelas.<br />

—Perdone, doña –dijo dirigiéndose a mamá, mientras se quitaba el sombrero con extraña<br />

y noble cortesía.<br />

Papá pretendía preguntar algo; mas antes <strong>de</strong> que hablara se le a<strong>de</strong>lantó el general para<br />

explicarle:<br />

—Mi caballo ta herido y necesito una montura buena.<br />

Padre pareció perplejo un momento, mientras afuera sonaban los hierros tascados por<br />

los animales <strong>de</strong> los que acompañaban a Fello Macario.<br />

—Lo único que tengo es una mula, general –aventuró papá–, aunque buena.<br />

—Cualquier cosa, Pepe, cualquier cosa…<br />

Todos los gestos <strong>de</strong> aquel hombre acusaban su prisa. Nada le importaba en la vida;<br />

nada… Necesitaba tan sólo una montura. Papá estaba también nervioso.<br />

—josé, josé –dijo <strong>de</strong> pronto–; vete al primer vaso y tráete la Mañosa.<br />

josé Veras atravesó el almacén, atravesó el comedor y abrió la puerta que daba al patio.<br />

Un viento frío se coló por ella, se arrastró sobre el piso y abatió a la jumiadora. El herido<br />

se movió como para resguardarse <strong>de</strong> ese airecillo entrometido; lanzó un quejido sordo y<br />

volvió a estar tranquilo.<br />

—¿Quién es? –dijo el general señalándolo.<br />

—No sé –contestó padre–. Está herido <strong>de</strong> un balazo en la tetilla.<br />

El general se le acercó, se agachó y removió la cabeza <strong>de</strong>l hombre para verle mejor.<br />

Clavaba en aquella carne ardiente sus <strong>de</strong>dos recios <strong>de</strong> caudillo.<br />

433

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!